Vamos a calmarnos, a respirar hondo y dejar en claro algo: en este espacio no habrán frases exageradas como “golearemos en Argentina”, “ellos mueren de miedo”, etc. está gran y tiene en sus manos (en sus chimpunes para ser directos) el boleto al próximo Mundial. Pero atención: algunos hablan ya de (incluso llorando) cuando falta camino. El mismo Edison Flores salió a pedir tranquilidad ante tanta desesperación. La fiebre por volver a un Mundial puede conducir a seguir enfermos y eso lo hemos olvidado.

Más allá del fanatismo, está el conocido folklore nacional. Ese que dice que de pronto los programas de espectáculos se volvieron expertos en deportes, todo por figurar. Una señorita que juega en un reality asegura que un "futbolista de la selección la quiere conocer", mientras que alguien utiliza una misa para quizás buscando ‘likes’ o ser tendencia en redes sociales. Entonces, esa parte pasa a ser un chiste de cómico ambulante.

Todos los días se crean canciones, escriben poemas o dedican promesas al equipo nacional dejando en claro que la línea entre ser hincha y ser 'figuretti'  se ha cruzado. Volvemos a 1969 en una mala versión de 'Volver al Futuro', no en un DeLorean sino en una combi de la avenida Abancay. , que si les pegamos un pelotazo, que 'siempre sufren con nosotros', que si nos temen (¿?).

es la vigente subcampeona mundial y dos veces segunda en las últimas Copas América. Tienen al mejor jugador del planeta, habilitaron y les sobra calidad. Ellos nos han vendido que Perú es mejor, que Perú es favorito y nosotros compramos el cuento agigantando un ego sin base. "Para mí no existe el miedo", dijo el Presidente de la , Claudio Tapia. Esa es una declaración real. Algo que sí debemos leer bien.

A horas de jugar, se informa con bromas, pero casi nadie ha comentado que el defensa Nicolás Otamendi se suma al ataque, que Ángel Di María es peligroso por izquierda, que Eduardo Salvio es un mediapunta que gana faltas o que si Jorge Sampaoli alinea tres volantes de marca vamos a tener problemas. Claro, más allá que y ganarnos él solo o que Mauro Icardi y Darío Benedetto son centrodelanteros complicados. Eso sumado, a una mala combinación de resultados en la fecha, nos mandaría de golpe a aterrizar.

No se trata de ser pesimista, se trata de calmarse. Rusia 2018 está tan lejos como cerca. Nuestro cuarto lugar en las Eliminatorias está fundamentado en que Perú se lavó las heridas del inicio y renació, que los fueron un milagro inesperado, que ganamos de visita y que dejamos de ser cuatro referentes (dos de ellos malcriados) para convertirnos en más de 20 obreros y un correcto arquitecto. Esta es la prueba final para que Ricardo Gareca se gradúe de estratega, de jugador de ajedrez.

Entonces vamos a calmarnos. No pensemos en matrimonio cuando aún no conquistamos a la chica.

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