Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila

Pasando el óvalo ‘Las Palomas’, cerca de Pachacámac, la brisa del mar acaricia el rostro de la gente siempre pujante de Villa El Salvador. Allí, un muchacho reconstruye los sueños que parecían perdidos. , campeón con la ‘U’ en 2013, perdió espacio y 7 años después busca recuperar el tiempo perdido en el club de sus amores.

Feliz 2020, vuelves a la ‘U’...

Es un renacer, una gran oportunidad que me da la vida y el fútbol, y no pienso desaprovecharla.

Ya tienes 26 años...

Voy a demostrar que sigo vigente.

¿Saborear el éxito tan joven te mareó?

Paraba saliendo, no tomaba mi profesión en serio.

¿Por qué creerte ahora?

Ya tengo hijos, debo respeto a mi esposa y a mis padres.

Saliste de la crema, ¿la pasaste mal?

Jugué en Sport Rosario y me regresé a Lima, porque me debían tres meses. Jugué ‘Copa Perú’ por José Gálvez y luego firmé por Binacional.

¿Sentiste la pegada en provincias?

No hay cancha fija ni pelotas. No tienes idea cómo extrañaba los días en la ‘U’, donde llegaba y tenía todo.

¿En Binacional volviste a portarte mal?

Eso no es verdad.

¿Cuál es la verdadera historia?

Tenía problemas judiciales por un proceso que me abrió la mamá de mi primer hijo y tenía que estar viniendo a la capital. Las audiencias eran seguidas y debía quedarme, pero salieron a decir que había abandonado el trabajo.

¿La has pasado mal?

No tenía qué comer y menos mal mis viejos siempre me abrieron su casa y su mesa para mí y los míos.

¿Has sido bien inquieto?

Viví casi un mes en Campo Mar, porque querían verme concentrado en mi profesión.

¿Es cierto que Ricardo Gareca te quería convocar?

Hablé con él, después pasaron cosas donde yo fui el único culpable.

Ahora no puedes perder esta oportunidad...

Le fallaría a mucha gente, entre ellos al tío ‘Puma’ Carranza. El me viene jalando las orejas: “Cholo, no la vayas a cag...”. Nunca voy a poder pagarle todo lo que hace por mí.

¿La última vez que fuiste de rumba?

No salgo para nada. Estoy todo el tiempo con mi familia. No veo a mis amigos de antes, ahora solo pienso en jugar.

La pelea será dura con Aldo Corzo...

Con la bendición de Dios todo se puede. Quiero ir paso a paso, ponerme bien físicamente y de allí luchar por un puesto.

Entonces, ¿no más ‘travesuras’?

No, por mis viejos, hijos y toda mi familia.

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