Andrés Balán Gonzáles habla de cómo se vivían los clásicos del fútbol peruano en su época como jugador.
Andrés Balán Gonzáles

Este señor hizo del gol una parte de su vida. Fue feliz en el área y llevó alegría a los hinchas. Ídolo en Universitario e ignorado en . Andrés ‘Balán’ Gonzales, el hombre de los gritos prolongados, del contagioso abrazo, está de vuelta recordando tiempos maravillosos, con la carcajada en el medio.

Andrés, ¿tu padrino en la ‘U’?
Pedro Requena y Leo Rojas. Me cuidaban.

¿Te agrandabas en los clásicos?
Es para jugarlo con todo.

¿Dormías tranquilo?
Como un bebé, relajadito y al lado de Ronald Baroni, un loco de mil pulsaciones.

Siempre pensé que solo habías compartido cuarto con ‘Puchungo’...
Al principio, pero después ni más.

¿Qué pasó?
Un día lo acompañe a una discoteca a visitar a una famosa.

Dime su nombre...
No importa, solo que ella fue con su asistente. Ganábamos poco y, la verdad, no quería ir a la cita.

¿Por qué?
Era en un restaurante ‘ficho’ y seguro que íbamos a gastar un montón.

Pero igual te apuntaste...
A mi compadre no lo podía abandonar. Nos aparecimos y empecé perdiendo, la ‘secre’ no me gustaba, pero me quedé. Miré los precios de la carta y me asusté.

¿Te moviste?
No. Me limité a pedir una gaseosa. La ayudante ordenaba una cosa tras otra y de las más caras. La pretendida por Alfonso, igual. Luego de una hora la cuenta subía, vino un colorado, recontramillonario, la tomó de la mano y se la llevó.

¡¡¿Qué?!!
Mi causa estaba derrotado, yo preocupado pensando en quién iba a cancelar el consumo y él me dice: ‘Hay que esperar’.

¿Qué respondiste?
Me quedé callado. Me paré después de un rato, dije ‘me siento mal’ y me fui afuera, a sentarme en mi carro.

¿Allí quedó la cosa?
No. Pasó una hora y sale mi hermano, apurándome: ‘Prende y vámonos, que esa cuenta ni cag... la pagamos’.

¿Los ‘mancos’ del ‘Lolo’?
Jesús Torrealva y Carlos Marrou. Eran tan flojos que un día los hicimos pelear.

¿Y quién dio?
Como ninguno sabía ‘trompearse’, se agarraron a piedras.

¿‘Chucho’ era grandote por las puras?
Un día estábamos con el ‘Puma’ en el Rímac y un achorado le pegó a su hermano; entonces fuimos a buscar al tipo.

¿Lo encontraron?
Sí. José se acercó y le metió dos cabezazos, la gente del maleante se levantó y empezaron a volar las sillas.

¿Todos contra todos?
No, ellos contra los dos porque ya estábamos sin ‘Chucho’. Cuando los puñetes y patadas corrían, se fue caminando por la puerta y no lo vimos hasta el otro día.
Llegaste a Matute y te cruzaste con Jorge Luis Pinto...
El profe iba a la casa de los jugadores para ver si dormían a sus horas.

¿Te cayó?
Sí, justo cuando llegaba a mi barrio de Gambetta, en el Callao, donde mi viejita.

¿Se ‘rayó’?

Me llamó la atención y le respondí: ‘Es que yo tengo dos casitas’.

¿Lo ‘curaste’?
Algo se calmó, pero volvió al ataque: ‘Andrés, espero que ya se vaya a descansar’.

¿Le hiciste caso?
Me quedé en la sala. Pasaron 10 minutos y nuevamente sonó el intercomunicador. Era otra vez el colombiano.

¿Y ahora qué quería?
Le pregunté eso, me pidió que lo deje ingresar y fui clarito: ‘A mi hogar solo entran mis amigos’.

¿Lo tomó a mal?
Me insistió para conversar, salí y, al verme con jean, zapatos y camisa a rayas, pegó el grito en el cielo: ‘Seguro que vas a salir’. Yo, cachoso, contesté: ‘No, estoy en pijama’.

¿El Comando Sur celebró tus conquistas?
Se volteaban cuando la mandaba al fondo.

Con la blanquiazul, ¿a qué excompañero de la ‘U’ ajustaste?
A Álvaro Barco. Lo golpeaba, le pedía disculpas y las aceptaba.

Una final, ¿un pronóstico para el domingo?
Universitario 2-0.

Un abrazo por ser tan sencillo...
A ustedes por hacerme recordar momentos tan gratos.

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