Erick Sierra siempre disfrutó las reuniones familiares donde nunca podía faltar el lonchecito acompañado con un churrito. Creó algunas marcas de helados, pero las ventas caían en invierno y decidió hacer churros por recomendación de su tío. Con la pandemia cerró sus locales y aprovechó los tres meses de estar encerrado para enfocarse su negocio. Empezó de cero, él mismo hacía la masa, el relleno y los repartos. cuenta con 37 personas a su cargo, un local que siempre está abarrotado de gente y cada mes innova con un nuevo sabor para su clientela.

Trome - Doña Churrita

Erick, ¿se puede vivir solo de la venta de los churros?

Cualquier emprendimiento trabajado de manera profesional y con una proyección a largo plazo puede servir para vivir bien.

¿Con qué sabores has innovado?

Empezamos con la clásica crema pastelera y manjarblanco y cada mes, agregamos nuevos sabores como, chocolate, avellanas, lúcuma y maracumango.

Tú has pasado por muchas dificultades en pandemia, tuviste que cerrar tus locales, ¿Qué te impulsó a salir adelante?

Siempre tuve la visión de crecer y de poder sobresalir, pero me faltaba fuerza de voluntad y mucha disciplina. Gracias a la pandemia, donde estuve encerrado por tres meses, me di tiempo para reflexionar y tomarlo como aprendizaje para crecer interiormente, pues debía hacer las cosas con mucha entrega.

¿Qué estudiaste?

Estudié negocios internacionales que no lo terminé y luego seguí la carrera de administración de empresas, me falta un semestre para culminar y lo tuve que dejar para seguir con mi emprendimiento.

¿Como así te decidiste por los churros?

Mi familia vivió en el Centro de Lima por muchos años y su tradición era tomar lonche y comer los churros españoles que estaban en jirón Lampa. Empecé con un negocio helados y en una temporada de invierno, la venta bajaba, mi tío Eduardo me dio la idea de hacer churros. Pasé días haciendo las pruebas hasta lograr la receta perfecta.

Los inicios son duros, trabajabas desde muy temprano y hacías de todo, ¿ahora cómo diversificas tu trabajo?

He venido haciendo esto hace unos 7 años, todos los días iba a La Parada cargando sacos para traer mis insumos. Cuando cayó la pandemia empecé de cero, fui panadero, freidor y repartidor. Solo tenía un trabajador ahora son más de 37. Ahora delego, me encargo de la parte gerencial, desarrollo la marca pensando en el futuro.

¿Cuál es el secreto del sabor para que le guste tanto a los clientes?

Hemos sido muy honestos e íntegros con la preparación, en mi mente siempre está presente la calidad por encima del dinero. Estos churros son bien taypá.

¿Alguna vez has recibido una queja de un cliente?

Sí de hecho, al inicio hemos tenido errores en los procesos. Habían problemas al momento freír, salían un poco crudos, ya con el tiempo hemos ido mejorando esos puntos débiles.

Erick ha creado varios sabores para los churritos, hay desde chocolate, avellana, lúcuma y maracumango. 

Foto: Anthony Ramírez Niño de Guzman
Erick ha creado varios sabores para los churritos, hay desde chocolate, avellana, lúcuma y maracumango. Foto: Anthony Ramírez Niño de Guzman

¿Qué haces para que tu producto sea de calidad?

Compro los mejores insumos del mercado, sacrificio el margen de ganancia porque prefiero aumentar el costo teniendo buenos ingredientes. Estoy siempre detrás de mis trabajadores de producción para mantener la calidad.

Doña Churrita, ¿de dónde viene el nombre?

Doña Churrita crece como una idea de negocio en cuarentena. Estuve analizando propuestas y decidí hacer los churros de manera profesional, trabando el marketing, redes sociales y haciendo una marca. Recibí asesoría de marketeros que me decían que un nombre femenino da mayor confianza. Quería vender churros en un lugar familiar y que te remonte a la casa de la abuela.

Tienes una amplia cartera de clientes, ¿qué público consume tus productos?

El mayor público objetivo son los vecinos de San Borja quienes nos han ayudado mucho, son muy fieles. Tenemos un rango de clientes que van desde los 35 a 45 años, son los que alguna vez fueron al centro de Lima de niños y comieron un churro. Hoy los prueban y los recuerdos vuelven a su infancia.

¿Planes a corto plazo?

Crear más sucursales en varios distritos de Lima y entrar a provincia. Tener pequeños módulos en centros comerciales. A largo plazo construir una marca Perú porque también tenemos postres peruanos y poder intentar en el extranjero.

¿Qué consejos le darías a las amas de casa que quieren poner un negocio?

Cualquier emprendimiento puede ser exitoso siempre y cuando se planifique. Hay que innovar para diferenciarse y dar una experiencia diferente, un valor extra, ya sea en experiencia, servicio o sabor, eso destaca ahora.

¿Canales de venta?

El local físico, las redes sociales, los aplicativos, nuestra página web y el canal de más fuerte es el WhatsApp 960587130.

Ping Pong

Doña Churrita: familia.

Postres peruanos: felicidad.

Cocina peruana: oportunidad para destacar.

Sueño: Poder competir con marcas que están posicionadas en el mercado y demostrarle a los jóvenes de bajos recursos que con mucha disciplina y fuerza de voluntad se puede llegar muy alto.

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