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Balones de gas

Desde muy pequeño, Jesús Vílchez fue testigo como sus padres hacían lo imposible para sacarlo adelante y que no le falte nada. Ellos se dedicaban a la venta de balones de gas, negocio que a pesar que les trajo muchas tristezas, también obtuvieron un sinfín de alegrías.

“Fue difícil, porque nos robaban los balones en muchas ocasiones pero mis papás nunca se dieron por vencidos. Eso admiro de ellos, porque son mi ejemplo”, señala el empresario que hoy es el ‘Rey de los balones de gas’ en San Juan de Lurigancho.

Con el pasar de los años, don Jesús tomó las riendas de la empresa familiar y poco a poco la fue adaptando a las nuevas necesidades del público. 

“Fuimos los pioneros en entablar el servicio de delivery para este servicio. Primero yo empujaba una carreta y muchos meses después, pedaleaba la bicicleta para entregar los pedidos”, recuerda.

El negocio creció y vio que la vieja bicicleta ya no se daba a bastos para entregar los pedidos, por lo que con mucho esfuerzo adquirió un camioncito para satisfacer a su clientela.

Los pedidos comenzaron a crecer, porque entregamos alegría y confianza a las amas de casa”, cuenta entre risas.

En la actualidad, Jesús Vílchez llega a vender 3 mil balones de gas al mes. “Antes a duras penas vendíamos 10, pero el negocio se multiplicó. Gracias a mis papás que me enseñaron a ser perseverante, todo esto es por ellos”, afirma.

La bondad es una característica de este padre de familia, pues apoya a distintos comedores populares de San Juan de Lurigancho  otorgándoles balones de gas a un precio super accesible.

Como el peruano no es conformista, este vecino ilustre de Lima Este desea poner su propia marca de balones de gas, pues no desea solo con ser un distribuidor.

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