Daniela Darcourt se convirtió en la revelación de la salsa este año (Foto: Giancarlo Ávila)
Daniela Darcourt se convirtió en la revelación de la salsa este año (Foto: Giancarlo Ávila)

se convirtió en la revelación de la salsa este año y dicho logro no la tiene en las nubes, sino con los pies bien puestos sobre la tierra, pues ‘no se la cree’. Ella cuenta que su pasión por el canto la motivó su abuelo y que en su barrio, el ‘caliente’ Porvenir de La Victoria, creció escuchando todo tipo de música, que ha sido su ‘salvadora’.

Daniela, ¿tu barrio es picante?
Definitivamente, el rico Porvenir.

¿Cómo es tu vida aquí?
Como cualquier persona. Obviamente, con los cuidados propios de saber que estás en un barrio candela. Antes era peor, más candente. Pero los tiempos cambiaron. Gamarra ha invadido gran parte de mi barrio.

¿Y las jaranas?
Claro. Esta es la quinta donde la música nunca para y donde el Serenazgo no entra.

¿Los bravos te piden ‘propinita’?
Nunca me ha pasado. Yo siempre saludo y respondo los saludos. No chocan conmigo.

¿Aquí nació el ‘bichito’ por el canto?
Acá uno respira salsa.

¿Salsa dura o suave?
De todo. Soy hincha de Frankie Ruiz.

Fue tu abuelito quien te impulsó en el canto, ¿verdad?
Él era un hombre muy culto. Sabía todo de todo. Escuchaba desde música clásica hasta huayno, salsa. Tengo el oído desarrollado.

¿Has tenido una vida difícil?
Todo artista posee una historia fuerte detrás. Nos ha tocado vivir realidades fuertes, pero la música es salvadora.

¿De qué te ha salvado la música?
De varias cosas, de estar triste, arrinconada. La música lleva magia.

¿Cómo es crecer con seis hermanas?
Es lindo. Tienes seis mundos diferentes para consultar. Todas somos mujeres, ya te imaginarás.

¿La Daniela de hace diez años se imaginó alguna vez a dónde llegarías?
Así de rápido, no. Hay que asumir los retos. Se debe aprovechar todo.

Comentaste que muchas veces pensaste en ‘tirar la toalla’, ¿por qué?
Sí, varias veces. Una se cansa de tocar puertas y que nunca las abran. Eso desmotiva. Pero hay que insistir, luchar día tras día. La perseverancia depende de qué tan grande es tu sueño.


¿Qué tan grande es el tuyo?

Ya no es un sueño, ahora es mi vida, mi realidad. Si no hago música, me muero. ¿A dónde quiero llegar? Hasta donde Dios y el arte me lo permitan.

¿Si tuvieras que agradecerle a alguien todo lo que estás logrando, a quién sería?
A mi abuelo. Si no fuera por él, yo no estaría haciendo lo que hago.

¿Cómo te alentaba?
Me decía que era buena. Y me regaló una frase que siempre recuerdo: ‘Todo lo que se empieza, se termina. Nada se deja a la mitad’.

Con la fama, ¿cómo ha cambiado tu vida?
No puedo estar en un lugar desapercibida más de cinco minutos. Yo no me la creo. Pero llega un momento en que me digo que el artista merece tener una vida normal, pero las personas no lo van a comprender así. No estoy acostumbrada.

Te has convertido en la revelación de la salsa...
Estoy agradecida con el público por respaldar mi carrera y mi compromiso es seguir dándole lo mejor el año que viene. Este 31 me presentaré en el María Angola y el 1 en el Trapiche de Comas.

Algunos artistas saborean la fama y ya se consideran divos...
Yo siempre soy buena onda con todos.

¿Compras tu ropa en Gamarra?
Estoy a un paso, sería ilógico que no lo haga.

¿Hay mucha hipocresía en televisión?
Yo odio la hipocresía. En mi vida diaria y sobre el escenario soy la misma.

¿Qué te gusta hacer cuando no cantas?
Me gusta leer mucho. Ahorita estoy leyendo ‘Mi viaje sin ti’, de Alejandro Sequera, que es un escritor ecuatoriano con quien hemos compartido algunas cosas.

Eres amiga de varios futbolistas, ¿verdad?
No solo de futbolistas, también de sus esposas.

¿Y cómo eres en el amor?
Fui criada a la antigua, me gustan los detalles.

Ahora se ‘florea’ por wasap...
A mí me conquistan con rosas, cartitas.

Ahora que eres más conocida, ¿hay más pretendientes?

Sí, pero uno debe saber escoger con quién anda. Los artistas somos muy sensibles.

¿Qué esperas de tu próxima pareja?
Que comprenda mi trabajo. Esa es la base del éxito de mi futura relación.

¿Y tú cómo conquistas?
Cuando estoy enamorada vivo en una burbuja. Basta que me guste alguien y ya estoy ‘monga’. Soy muy detallista, le puedo escribir un mensajito romántico en una servilleta o en un posavasos.

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