La cantante Katy Portella, más conocida como contó que quemó el vestido que lució para firmar su divorcio con el gringo Karl y después arrojó las cenizas al río Rímac. Asegura que ella no llora por nadie y que el gringo está espiritualmente muerto para ella.

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“Desde que subí el video a Tik Tok donde quemo el vestido tengo miles de vistas y comentarios, todos me apoyan”, afirmó.

¿Por qué lo hiciste?

Yo pienso que el divorcio es, a veces, inevitable porque cuando uno se casa piensa que es para siempre y lo quemé para nadie lo use. Es un vestido que contradice al amor.

¿Fue como una celebración?

Sí, y no quiero que nadie se lo ponga porque pude haberlo regalado o botado...

Sientes que has quemado una etapa de tu vida.

Sí, pues nadie quiere divorciarse. Yo me lo puse, lo quemé y ahí termina todo, también para empezar nuevas etapas de mi vida.

Ha pasado tanto tiempo que están separados que tomas las cosas con calma.

Así es, ya no hay nada que llorar ja, ja, ja.

Hay personas que cuando se divorcian lo celebran...

Yo solo me fui a comer con una amiga.

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El día que firmaron el divorcio conversaste con el gringo, se dijeron algo...

Él fue con su bebita, no hemos hablado absolutamente nada, ni una palabra. Además, no tengo nada que decirle ni reclamarle por mi carro por eso no lo quiero tener ni siquiera como amigo. Hemos quedado mal porque es un conchudo.

Flor de Huaraz quemó el vestido que uso en su divorcio con el gringo Karl
Flor de Huaraz quemó el vestido que uso en su divorcio con el gringo Karl

Nunca te devolvió tu carro...

No, me costó como diez mil soles y por consideración debió entregármelo, pero le llegó altamente y lo convirtió en una chatarra solo para molestarme, por eso no le dirijo la palabra.

A lo mejor con el tiempo pueden ser amigos.

Él quedó mal conmigo porque los amigos se respetan y él ha sido mi pareja. Yo confié en él cuando me dijo que me iba a entregar mi carro, pero esta persona lo volvió una chatarra y no le importó.

Bueno, ya quemaste esa etapa con el vestido, vas a imponer una moda ahora que hay tantos divorcios.

Ja, ja, ja... claro porque no me volvería a poner el vestido de mi divorcio, no tiene pies ni cabeza. Ni regalarlo, ni botarlo a la basura porque alguien lo puede encontrar. Así que busqué un parque descampado, lo quemé, recogí las cenizas y las tiré al río Rímac para que se lleve las malas vibras.

Ya no queda nada de tu historia con el gringo Karl.

Nada y me puse un vestido de lentejuelas negro y morado. Lo hice a propósito porque una vez que iba a salir con el gringo, me puse un vestido morado y me dijo, me acuerdo clarito, que me lo sacara porque en su país (Sudáfrica) ese color es luto, que la gente cuando muere se pone ese color, por eso fui a firmar mi divorcio con un vestido negro y morado, de esa forma le dije que espiritualmente está muerto para mí.

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