George Forsyth y Vanessa Terkes se confiesan con Trome.
George Forsyth

Hay neblina y se siente el frío otoñal. y llegan con café en mano a nuestra cita cerca del mar. Él lleva en las manos tres colgadores con sus camisas, mientras a ella su amiga la espera con el ‘outfit’ que lucirá.

“Hermana, él se demoró pero me cambio al toque y arrancamos”, dice Vanessa.

“Pero yo estoy listo en 30 segundos, soy modelo profesional”, responde riendo George.

Diez minutos después empieza la sesión de fotos y mientras posan percibo la romántica complicidad con la que se miran, la ‘química’ con la que hablan sus cuerpos y su gran sentido del humor... El amor habita en sus almas.

¿Cuánto tiempo de relación tienen? ¿Cuándo fluyó?
George: Desde noviembre, cuando estuvimos en ‘El Dorado’ (programa de Latina).

¿Conocerla te cambió la vida?

Sí, la estaba esperando y lo bonito es que se dio en este contexto de conocer el Perú, encontré el amor en la isla de Los Uros del lago Titicaca.

¿Ahí se dieron su primer ‘piquito’?
Sí...
Vanessa: Con lengua y todo.
G: No cuentes nuestras intimidades (ríen)... A partir de ese momento la vida me cambió para bien, ahora estamos planificando nuestro matrimonio.

¿Qué cosas has hecho por ‘Vane’?

Definitivamente uno cambia y por Vanessa hice y haré muchas cosas más (ella se recuesta amorosamente sobre su hombro).

¿Vanessa, qué locuras hizo?
Desde ir a México cada fin de semana por dos días, ahora es más complicado por el trabajo, pero igual le reclamo, ¡ah!
G: Es que ahora, con mi candidatura a La Victoria, estoy con los tiempos un poco amarrados, pero ahí vamos acortando distancias.

¿La distancia puede consolidar una relación?
V: Mira, las comunicaciones han cambiado muchísimo y lo veo a diario. No lo toco (lo agarra con fuerza y ríe), que sí es otra cosa, pero hablamos constantemente. Ahora, sí es verdad que nos extrañamos un montón y en cuanto tenemos un tiempito libre compramos pasaje para estar juntos.
G: Más que la distancia, la confianza hacia la otra persona es lo que hace que el amor se consolide.
Ok, pero eres un chico guapo, ella también...
V: No le digas, hermana, porque después se la cree.
Retiro lo dicho.
G: Todo el día me maltrata psicológicamente (ríe).
V: Es muy lindo y no te hablo de su belleza externa, sino de su belleza interna (se besan).

Ahora estás ‘plantado’, porque tienes fama de ‘picaflor’.
V: ¡Uy amor! Pensé que eras virgen...
G: Te lo juro que soy virgen (ríen)... A esta edad, todos hemos tenido una relación anterior, pero era cuestión de tiempo encontrar a la indicada y lo vivido forma parte de la experiencia, que me hizo ser la persona que soy hoy y me gustaría estar con Vanessa para siempre.

Casarse es un paso importante en la vida, ¿se ven de la mano hasta viejitos?
(George se ríe). Vanessa: ¿por qué te ríes?

Creo que le da miedo…
G: Estoy nervioso por la entrevista. Te soy sincero, es lo que digo constantemente, qué lindo sería llegar así y compartir toda una vida.
V: ¿Pero por qué te reíste?
G: Te imagino toda arrugadita (se carcajean de la risa).

Igual, ¿arrugadita le vas?
G: Le recontravoy. Ella es una muñeca, me saqué la lotería, es una de las divas del Perú. Aparte de las cualidades físicas, que son evidentes, su corazón es hermoso.

Vanessa es apasionada, intensa...
Dímelo a mí.

No lo dejas salir del cuarto...

Me encantaría, pero no lo logro, es muy trabajador, pero sí me gustaría ponerle unas esposas.

¿Han tenido sus peleítas?
V: Discutido y, si no llegamos a un acuerdo, decimos: tú te quedas con tu punto de vista y yo con el mío.
G: Discusiones como pareja siempre habrá, pero debemos intentarlo amor, para la reconciliación, ja, ja, ja.

Ya falta poco para la boda, ¿cómo van los preparativos?
G: No falta nada, estoy viendo flores, manteles (ríe)...
V: No es cierto, lo hacemos juntos, nuestras familias están ayudando.
G: Gracias a Dios, su hermana nos está dando una mano y mi padre también, él es el más emocionado. Es que en este tipo de eventos yo estoy cero.
V: Qué bueno, mi amor.

¿Cómo fue ese encuentro con tus papás?
Fue en Tampa y se dio la oportunidad para presentársela.

¿Cómo hacen, tú eres crema y él, blanquiazul?
G: Yo no pienso cambiar. Creo que con el tiempo Vanessa, de las tantas veces que va al estadio (Matute), (ella le tapa la boca) se volverá aliancista, ja, ja, ja.
V: Mi hija también le va al Alianza. Ahora, mis hijos con él, uno va al Alianza y el otro a la ‘U’.
G (Abre los ojos): Nuestros hijos serán de Alianza.
V: Al menos el hombre.
G: ¿El hombre? No... Si son tres, dos de Alianza y uno al equipo de ella.
Y mientras ‘juegan su clásico’ se toman de la mano y miran hacia el mar, donde ya sus corazones navegan juntos.

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