"Pitillo" celebra los diez años del Circo de la Alegría.
"Pitillo" celebra los diez años del Circo de la Alegría.

10 años al frente del “Circo de la Alegría” es un motivo más que suficiente de celebración para “Pitillo”, ese emblemático payaso que deja descansar todos los días a Hugo Muñoz hasta que finaliza la función y se termina de escuchar el último aplauso. Ese pacto sin firma, ese compromiso del corazón entre sus dos mitades, le ha permitido al artista forjar una importante carrera y defender la esencia del circo.

“Hace una década había una saturación de espectáculos circenses mediáticos, siempre tirados un poquito al tema del espectáculo, con los personajes mediáticos que vemos en la pantalla chica. Había que darle a la gente la posibilidad de decirle: oye, el circo no es lo que ves en la televisión”, dice Pitillo que presenta su temporada en el Jockey Club de Perú.

“Del tiempo que pasé trabajando para otros espectáculos fuera del Perú, siempre soñé ver en mi país no eso, sino lo que se ofrece del circo en cualquier capital del mundo. No me atribuyo nada tampoco, porque hay un esfuerzo de Fernando Zevallos de La Tarumba, la señora Teresa Chirinos de Prodartes, César Aedo, tampoco me estoy atribuyendo nada porque es un esfuerzo de todos los que sentimos el espectáculo del circo como un lenguaje aparte, finalmente el querer ver algo bueno”.

Presentar un espectáculo de calidad es la constante del artista circense.
Presentar un espectáculo de calidad es la constante del artista circense.

EXPERIENCIA

¿“Pitillo” ha crecido en estos últimos diez años que está al frente del Circo de la Alegría?
Uno crece en el hecho de producir un espectáculo, ¿pero sabes en qué decreces?...como artista libre. Hay un precio que hay que pagar, el precio del estrés, de producir, de invertir de llevar también el espectáculo a términos monetarios, pero hay algo que en el fondo es muy etéreo, que es hacer reír, ser feliz, entonces hay que trata de equilibrar.

¿Cómo se logra ese balance?
El balance está en tomarse riesgos, decir: bueno, este año tumbo todo y hago algo nuevo. Se me ocurre hacer algo diferente, cuentas una historia, o no la cuentas, y que la gente que entra al circo sienta un aroma que no se explica con palabras, pero se explica con sensaciones muy básicas. El circo es una especie de teatro básico que apela a las emociones, que apela a los a las sensaciones que no se pueden intelectualizar para no convertirlo en un espectáculo muy denso.

¿Hugo Muñoz cómo maneja a Pitillo?
Hay un un sano distanciamiento, una persona que se hace popular sin una máscara que lo proteja, lógicamente corre el riesgo de no vislumbrar la realidad. En el caso de los payasos, te quitas el maquillaje y eres un mortal más que sube a la combi y te maltratan, entonces eso te mantiene sano y muy lúcido, no te contaminas de la fama, no te la crees. Yo puedo llevar a mi hija al colegio y nadie imagina que allá va Pitillo.

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