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Dicen que Jorge Negrete fue un mito viviente del cine mexicano y que su presencia de “macho latino” dejó anonadadas a las mujeres de las décadas de 1930, 1940 y de comienzos de la década de 1950. Y es evidente que hubiera seguido seduciendo con su porte a las generaciones siguiente de la segunda parte del siglo XX.

Pero los “dioses humanos” no pueden perder su humanidad, por eso sabemos que el mito Negrete nació el 30 de noviembre de 1911, en plena revolución mexicana, en la ciudad de Guanajuato, y que sus padres soñaron con verlo vestido de militar. De hecho, lo vieron así vestido hasta el grado de “capitán segundo”, pero fue por poco tiempo, solo hasta 1930.

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El joven Negrete no soportó más el régimen militar y se entregó a su primera y verdadera pasión: el canto. En ese campo, no quiso ser uno más del montón y por eso estudió con el maestro José Pierson. Su voz llegó a niveles de ópera.

Jorge Negrete. El talento del actor mexicano incluía una prodigiosa voz de tenor. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Jorge Negrete. El talento del actor mexicano incluía una prodigiosa voz de tenor. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Carismático y de aspecto seductor, Negrete se convirtió en una potencial estrella del arte nuevo: el cine. Y lo fue más allá de cualquier predicción. No obstante, las cosas no le fueron fáciles en un inicio. Luego de varios intentos fallidos, pudo incursionar en la radio, y no en México sino en los Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York.

Entonces le llegó la oportunidad cuando, a mediados de la década de 1930, firmó el primer contrato de su vida. Era para protagonizar la película “La madrina del diablo” (1937), dirigida por el cubano Ramón Peón y filmada en México. Su éxito de “charro cantor” con esta cinta fue total. Su popularidad creció como la espuma y se mantuvo hasta el último momento de su vida.

En 1940, se casó con la actriz Elisa Cristi, con la que tuvo a su única hija Diana, nacida en 1942. Luego de divorciarse y tener un romance sonado con otra actriz (Gloria Marín), Negrete conoció a una verdadera diva: María Félix. Con ella se casó en 1952. Fue la pareja del año. Pero su felicidad duró poco.

Jorge Negrete, a la izquierda, en una clásica escena de una de sus numerosas películas, como charro y cantante. (Foto: Internet)
Jorge Negrete, a la izquierda, en una clásica escena de una de sus numerosas películas, como charro y cantante. (Foto: Internet)

NEGRETE: UNA LARGA AGONÍA DE ALGUIEN QUE NO QUERÍA MORIR

Desde el miércoles 2 de diciembre de 1953, los peruanos sabían que el actor mexicano se moría. Su estado de coma ya era noticia. Una enfermedad hepática lo tenía al borde de la muerte, pero no era un mal nuevo para él. La cirrosis era algo que le venía torturando cada cierto tiempo, pero en esa ocasión parecía que no podía superarlo.

A punta de transfusiones de sangre, el hígado lo demolía. Su cama en un hospital de Los Ángeles, California (EE.UU.) era su último refugio. Desde su país llegó su médico personal, quien no guardaba muchas esperanzas. Lo había visto caer enfermo en México, y ante una leve recuperación decidió marchar a los EE.UU., pero no fue una buena medida. Negrete recayó.

La gente en el Perú y toda Latinoamérica lo empezaba a extrañar, y recordaba ya sus películas y canciones. Tenía una decena de discos y alrededor de 40 películas en su haber. Era el actor romántico y macho alfa por antonomasia. Entonces, todo el continente americano lo adoraba.

Jorge Negrete. El actor y cantante interpretó filmes en diversos lugares de México, pero su fama fue continental. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Jorge Negrete. El actor y cantante interpretó filmes en diversos lugares de México, pero su fama fue continental. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Jorge Negrete pareció no querer defraudar a sus seguidores, y con la misma fuerza que demostraba en sus películas luchó contra su enfermedad hasta el último segundo. Su esposa, la actriz y diva María Félix, no lo dejó en ningún momento.

La gente rezaba por él, dentro y fuera del hospital en Los Ángeles. Y la prensa continental se mantuvo minuto a minuto alerta ante cualquier funesto desenlace. La misma mañana del sábado 5 de diciembre de 1953 aún vivía, pero los diarios no dejaron de informar la realidad: “Última hora: Negrete agoniza”. Así de tajantes eran los titulares.

Entonces, María Félix y los familiares del artista pidieron que le dieran la extremaunción. “La muerte del actor mexicano era cuestión de horas”, se leyó en los cables de la tarde, hasta que se dio lo inevitable: la muerte por cirrosis de Jorge Negrete remeció todas las redacciones.

Jorge Negrete. El divo mexicano cumplió una labor extraordinaria en el cine y la música. (Foto: internet)
Jorge Negrete. El divo mexicano cumplió una labor extraordinaria en el cine y la música. (Foto: internet)

El presidente de México, Adolfo Ruiz Cortines, envió un avión de carga para traer el cuerpo de Negrete a su país natal, pero la joven viuda María Félix no lo aceptó, y más bien ordenó traer el cuerpo en un vuelo comercial. Ella quería un mejor trato para Jorge, quería fuera por él, el propio “avión presidencial”.

Así, Jorge Negrete pasó muy joven a formar parte del parnaso de estrellas que dejaron huella profunda en la memoria de los mexicanos, los peruanos y de todos los latinoamericanos que lo vieron cantar, actuar y vivir en las pantallas y los escenarios de teatro que siempre copó de gente.

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