Periodismo de periodistas. Hay historias que se informan y varias que se solucionan y allí es cuando el reportero asume que ejerce la profesión más bella del mundo. Karina Reynafarge, reportera de , tiene mil reportajes para sentir que aporta a la sociedad, pero también un millón de anécdotas que le ha dado el periodismo, como ser testigo del amiste de con y su respectivo ‘roche’.

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Los primeros pasos

Cuando estaba en Latina, la ‘China’ Tanaka no le gustaba mi voz chillona y me pedía que la pula para locutar. Me hacía leer una y otra vez y atrás Martín Suyón, que era el productor de ‘Abre los ojos’, decía: ‘Otra vez, otra vez’. Por eso, cuando ingresaba a la cabina de locución, temblaba, sentía que no lo iba hacer bien y se complicaba todo.

El roche

Era asistente, pero pedía ser reportera, trabajaba de madrugada, pero como yo misma lo buscaba, me mandaron a un evento donde se encontraron Beto Ortiz y Magaly Medina. Ellos estaban distanciados de tiempo, pero ese día se dio la coincidencia que ambos llegaron al mismo lugar. Me acerqué y era testigo del diálogo que tenían. Él comentó algo y mi micrófono estaba de su lado, ella responde y no lo muevo, de inmediato Beto me corrige: ‘Ponlo para ella’ y en eso Magaly comenta: ‘No te pases, me están entrevistando para tu programa’ y otro vez me hace roche: ‘No es reportera, se está cachueleando’. Llegué la canal, quise que saquen esa parte, el productor me respondió: ‘No le has ganado a nadie’ y salió todo a nivel nacional.

El peligro

Se armó un psicosocial en Huaycán, sobre unos pistachos que habían matado a los niños. Cuando estábamos informando, vinieron los pobladores, prendieron una llanta al lado de nuestra unidad móvil y le echaron gasolina al carro. Una mujer me jaló de los cabellos y me tiró tierra. Agradezco a Dios que apareció un policía y me ayudó. Logré zafar, saqué mi calle para salir bien librada del lugar.

El orgullo

Mi productor me había mandado a cubrir un operativo en el centro de Lima. No lo encontraba y América televisión estaba saliendo en vivo. Obviamente, desde el canal me querían matar. En eso mi chofer entra por una calle y estábamos frente a la maternidad de Lima. Mujeres gestantes estaban afuera del hospital, tiradas en el suelo y una de ellas se había sacado los zapatos porque tenía los pies hinchados. Estaba a punto de dar a luz y le habían dicho que se vaya a su casa. Salí en vivo por el noticiero, fui hasta la puerta del nosocomio, hablé con el de seguridad a exigir que atiendan a la madre, la hicieron entrar y 25 minutos después, estando al aíre, me avisaron que la criatura había nacido muy bien. Era hombrecito y se llama Josep.

El derecho de piso

Nos enviaron a cubrir un concierto de K- Pop y no pudimos entrar, entonces tuvimos que treparnos una pared para poder ingresar. Cumplimos la comisión y cuando salíamos, el camarógrafo apodado ‘Burrito’ me dijo: ‘Si deseas ser reportera, ayuda cargando el trípode, porque las chicas de CNN lo hacen’, y le hice caso, lo levanté y pesaba un montón.

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El chofer

Casi todos los conductores de las unidades móviles saben de periodismo, conocen lugares y te dan buenos consejos. Uno de Latina es Charles Mere, que cuando empecé me decía: ‘Párate así, he visto que Lorena Álvarez toma esa posición’ o me aconsejaba: ‘De esta manera arma tu gorro o pregúntale a tal o cual persona’. Otro es Paulino Landeo, que además es un especialista en huariques. Nos ha llevado a comer los mejores chicharrones con mote al segundo piso de un mercado de San juan de Lurigancho o comer papita con huevo, a la espalda del Poder Judicial.

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