edad que no la asusta, pues física y mentalmente se siente bien, pero le ha dicho a su esposo que, conforme sumen los años, ella será una ‘ancianita coqueta’. Cuenta que su relación con Alfredo Zambrano está bien y, aunque tiene la clave de su celular, no se lo revisa, ni tampoco le pone GPS, pero revela que el notario ya sabe cómo actuaría si traiciona su confianza.

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Magaly, ¿este 31 de marzo cumples 58 o 59 años?

59 años, nací en 1963.

O sea que el otro año llegas a la base 6, ¿cómo te sientes?

Me siento y me veo bien, me parece que hay una confusión con mi edad (ríe) porque física y mentalmente siento que estoy espectacular. Además, las mujeres de nuestra época no nos parecemos a nuestras abuelas, que a los 60 se sentían ancianas. Ahora los 60 son como los nuevos 40.

¿Temes envejecer, que te aparezcan las arruguitas o llevarías tus años con hidalguía?

No, yo voy a ser una ‘ancianita coqueta’, ya le dije eso a mi marido y a todos los que me conocen, que seré coquetísima hasta el último día de mi vida. Siempre me vas a ver bien peinada, bien ‘perica’ hasta viejecita.

Bueno, siempre te estás cuidando...

Sí, y cuido mucho mi salud física y mental porque hago mucho ejercicio, pues a los 23 años fui diagnosticada como depresiva crónica y durante muchos años me la pasé tomando antidepresivos, pastillas para la ansiedad. Y en un momento determinado los psiquiatras que me trataron me dijeron que una de las cosas que tenía que hacer para que la serotonina llegue bien a los neurotransmisores de mi cerebro era hacer ejercicios, y así, por decisión propia, empecé a dejar las pastillas.

¿Tu depresión nació por algún capítulo doloroso en tu vida?, ¿una pérdida?

No, mi depresión es bioquímica, no es como otras que nacen de alguna pérdida. Ahorita tuve un episodio depresivo, sentí realmente que no tenía ganas de nada y me hicieron unas pruebas y arrojaron que la serotonina estaba fallándome. Por eso he vuelto a tomar los antidepresivos después de 14 o 15 años que dejé las pastillas. Las estoy tomando por un breve periodo hasta equilibrar mi serotonina. Claro, pasar por este episodio me cambia el humor, pero ya los chicos (sus ‘urracos’) me conocen, han trabajado muchos años conmigo.

SU ESPOSO ALFREDO ZAMBRANO

Tu esposo debe tener mucha paciencia...

Sí, mi esposo es un hombre muy comprensivo al igual que mi familia, pues saben que esto, sumado al estrés del trabajo, me pasa la factura.

Pero nuevamente están en dos dígitos...

Sí, pero es un trabajo arduo, le ponemos ‘punche’ para sacar adelante la edición del programa y eso agota porque lo que buscamos es que la gente no se aburra y siga con nosotros, es una tarea titánica.

¿Seguirás en la televisión o piensas en el retiro? Ya una vez dijiste adiós luego de cumplir 15 años en la pantalla chica.

Creo que van a pasar otros 15 años, ja, ja, ja. Es cierto, la televisión es demandante y lo que trato es de compaginar mi vida personal con el trabajo, pero a veces es medio frustrante porque trabajo de 9:45 de la mañana hasta las 11 de la noche y ya no puedo ir a cenar con mi esposo, ir al teatro o a un concierto. Eso sí es un poco problemático.

O sea, solo ves a tu esposo para decirle buenos días...

Nuestra rutina empieza temprano, salimos a trabajar y lo que sí tratamos es almorzar juntos siempre, pero el pobre está solito en casa a partir de las 7:30 de la noche que llega y bueno, a veces toma sus clases de canto, otro día está con sus masajes terapéuticos y al siguiente me espera para ver películas.

¿Tu esposo no sale con sus amigos?, ¿lo tienes marcado?

No, claro que lo hace, pues tiene almuerzos con sus amigos o clientes, pero él prefiere salir conmigo. Hay reuniones a las que tiene que ir por el trabajo, entonces va, saluda, comparte un rato y luego regresa a casa porque de verdad nos hemos acostumbrado mucho a estar juntos, es que nos casamos a una edad en la que decidimos compartir el mismo camino. Él siempre me dice: ‘Yo no quiero que se malinterprete como una falta de respeto a ti si me ven en una reunión, porque a ti te van a fastidiar el triple, entonces no te voy a exponer a eso para nada’. Y agrega: ‘Me casé habiendo vivido todo lo que tuve que vivir y ahora soy un hombre casado y debo respeto a mi casa y a ti’.

¿Le has revisado el celular?, ¿tienes su clave?

No le reviso el celular, pero sí sé su clave. No nos faltamos el respeto de esa manera porque confío en él y él en mí. Alfredo tiene su celular enfrente de mí, contesta y escribe delante de mí, y las claves las tengo por alguna emergencia. Sin embargo, no tengo necesidad de revisar su celular porque el hombre que te va a engañar, así tú sepas la clave, así tú lo sigas, igual lo va a hacer.

Así le pongas GPS...

Exacto y yo no pienso estresarme por eso, porque vivir desconfiando es terrible, no es vida y hay que vivir tranquilamente. Uno llega a una etapa en la vida que deseas paz y si esa persona, en algún momento te decepciona y rompe esa confianza que le has dado, bueno, es su problema, no el mío. Entonces uno da vuelta la página y dice: Mira lo que te perdiste. Ya mi marido sabe lo que yo haría y me responde: Ya, ya, ya (ríe).

Pones sus cosas en la puerta de la casa...

(Ríe) Él ya sabe, pero como te digo tenemos las cosas claras y ahora estamos muy bien, entusiasmados viendo la construcción de nuestra casita en Las Casuarinas, la estamos haciendo desde cero, escogiendo los materiales porque esas cosas nos encantan.

CELEBRACIÓN DEL CUMPLEAÑOS DE MAGALY MEDINA

Tu esposo está alistando la celebración por tu cumpleaños, ¿van a viajar?

Nos vamos el viernes a Miami, pero el jueves que es mi cumpleaños almorzaremos con la familia en la casa.

¿Ya no hay amigas para celebrar?

Yo tengo un montón de amigas, lo que pasa es que soy ingratona, muy poco las visito o llamo, pero eso sí, soy una buena amiga porque cuando me necesitan ahí estoy para apoyarlas.

¿Cómo va la salud de tu papá?

Mi papá está muy bien, le quité las quimioterapias, está muy lúcido, conversador, ahora sale mucho a pasear. Le hemos dado un auto con chofer para que se movilice a todos lados, que salga y visite a sus sobrinos, está siempre rodeado de gente y cariño. Le estamos dando calidad de vida. A mi papá, si quiere comer algo, que pueda, se lo damos; si quiere salir, lo llevamos, tiene una enfermera en la mañana y en la noche.

Magaly, tu hijo no sale mucho y tampoco da declaraciones...

Es que no le gusta, pues cuando estamos aquí, en la piscina, llega y me dice ‘apunta para otro lado tu cámara’.

¿Te cuadra?

Sí, no le gusta que lo grabe, es pesado y debo respetar su decisión.

¿Ya tiene novia, se casó, te hará abuela?

¿Abuela? ¡No! En un par de meses se está yendo a vivir a otro país porque desea seguir otra carrera y, bueno, cada uno busca su futuro, está grandecito. Él vive en otro departamento, pero siempre está en mi casa y más cuando ve, por mis redes sociales, que he preparado un postre, me cae y si sabe que preparé ají de gallina llega con su táper.

En esta nueva vuelta al sol, ¿qué vas a desear?

Me conformo con tener a mis papis con salud, que mi familia esté bien en todos los aspectos, que mi hijo esté bien, mi esposo, que todos tengan salud y estén sanos; con eso estoy más que regalada. Ahora tener salud es algo muy valioso, mientras ellos estén sanos me siento una mujer afortunada.

Magaly, ¿y los ‘haters’ que siempre te critican?

No me importan los ‘haters’, hace muchos años que vivo haciendo todo lo que me da la gana y no lo que desea el resto, porque si trato de hacer lo que el mundo quiere no voy a terminar agradándole a todos, así que su opinión me vale tres pepinos, ja, ja, ja.

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