Maricarmen Marín conversó con nosotros sobre muchas cosas.
Maricarmen Marín

Le llaman la ‘dulce princesita’ y no necesita de una varita mágica para encantar. Bastan unos minutos para sentirse arrobado por su encanto y belleza. Pero hechiza a hombres y mujeres por igual. Unos la desean y otras quieren ser como ella.

Las ‘señitos’ la ven como una hija o quizá como la nuera que les gustaría tener. Cantante de cumbia, actriz, conductora, la multifacética artista pasó en 20 años de ser una tierna bailarina a convertirse en una de las figuras más importantes de la televisión nacional.

¿Es complicado trabajar con tu pareja (Sebastian Martins, productor de ‘Yo soy’)?
De repente para alguien sea difícil levantarse a las 5 de la mañana, otros lo disfrutan. Tendría que sucederte.

¿Y según tu experiencia?
Según mi experiencia, prefiero no hablar de esos temas, ja, ja, ja.

Tu nueva canción ‘Por fin soy libre’, ¿habla sobre una decepción amorosa?
Es una mujer que se da cuenta de que alejarse de su pareja es lo mejor y ahora se siente libre. Pero no en un contexto de revancha ni de aniquilar al otro.

¿Te pasó?
Por eso lo comunico. Si puedo hacer algo positivo por alguien, ¿por qué no hacerlo?

¿La maternidad?
Estoy trabajando para que ese momento llegue pleno y sea la mujer más feliz del mundo.

¿Está cerca?
No lo sé. No te voy a contar, ja, ja, ja.

Se te ha visto usando un anillo de compromiso...
Cada quien hace un mundo de lo que cree que ve o lo que cree que escucha. Yo no alimento eso ni lo haré.

¿Diva?
Creo que la palabra ha cambiado con el tiempo. En Argentina, en los ochenta, le llamaban así a la que cantaba, bailaba, actuaba. Ahora está más connotado a la que se cree y no lo es y son pocas las que son. La descartaría por completo y la cambiaría por obrera de la música.

¿En algún instante perdiste la humildad?
Esto lo he querido tanto desde que era niña, que ya tenía una lista de las cosas que no debo hacer. Una vez fui a pedirle un autógrafo a un cantante y me dijo: ‘Espérame un ratito’ y se marchó. Entonces, eso no existe en mí.

¿Cómo es tu relación con la gente?
Maravillosa. Cuando empecé y no me conocían tanto, bajaba de los conciertos y les daba la mano y las gracias a todos personalmente por venir. Todavía lo sigo haciendo.

¿Sigues yendo al mercado?
Hago mi vida con toda la naturalidad del mundo. No me privo absolutamente de nada. La gente te dirá que me vio comprando en Palao, o incluso regando.

¿Bajas a tu barrio?
Tengo ahí a todos mis amigos. Pregúntale a la señora de la tienda y te va a decir: ‘Sí, ella viene siempre’.

¿Y comes también menú?
Le digo a mi papá: ‘Necesito comida de madre’, así le llamo porque mi mamá ya no está conmigo. Él va a Palao y compra todo lo que me agrada.

¿Qué es lo que más te gusta?
Todo. La comida es como mi premio. Hace poco comí lengua estofada, me encanta el cau cau de verdad, con mondongo, las lentejitas. Lo casero me fascina.

¿Y cocinas?
Soy una experta en sopas. En invierno soy la reina, aunque a veces no tengo mucho tiempo.

¿Pero eres de las que cuenta las calorías que come?
Ahora, , que se estrena el 30 de noviembre, tuve que bajar 12 kilos por mi personaje y me siento más saludable, más ágil. Se me fueron los dolores de espalda y me di cuenta de que me había descuidado. Por eso ahora me cuido, pero sin sufrir.

¿Y hace cuánto que no te subes a una combi?
Hace tres semanas nada más nos fuimos con los de ‘Yo soy’ al centro comercial que está cerca, a comer helados, y pagamos 50 céntimos. Soy una peruana como cualquier otra.

Una peruana que graba discos, conduce programas y actúa en películas. Todo al mismo tiempo.
Y tengo que lavar mi ropa también, ordenar mi cuarto, hacer mis cosas. Pero llegará el momento en que no pase, así que tengo que aprovechar la agenda.

En la última campaña de Latina se te ve maquillada como una mujer mayor de 70 años. ¿Cómo te sentiste al verte así?
Se me hizo un nudo en la garganta y en el corazón. Solo espero llegar con la misma energía, que no me desmotive, que siga luchando por mis sueños y no tenga miedo de arriesgarme.

¿Te arrepentiste de algo?
De nada. He tenido una carrera muy bien pensada desde chica, además, porque he tenido una mamá y un papá que han estado conmigo tratando de darme libertad.

Incluso fuiste ‘Malcriada’...
Cuando en el inicio podían llamarme de tu diario para estar dentro de o en la playa, me parecía lindo. Pero después he ido cambiando porque yo quería que el público me conozca por otras cosas.

¿Recibiste propuestas indecentes a cambio de alguna oportunidad en la música?
Nunca.

Y has logrado mantenerte alejada de los escándalos también...
Para mí no ha sido complicado. Si todos van a la discoteca y tú no vas, es simplemente porque no te gusta. Siempre me gustó diferenciarme de los demás.

Pero a veces el medio te condiciona. ‘Si no hablas de tu vida privada, no vendes...’
Eso sucede cuando no existe una base o un soporte y yo trabajo mañana, tarde y noche para que lo que haga resulte y he podido decirle al gerente de la radio que me pide eso ‘no acepto’, ‘no pongas mi canción’. No lo necesito.

¿Es lo que le gusta a la gente?
Si me dices ‘Maricarmen, esta entrevista ha estado floja porque no va a hacer que venda’, entonces seré la primera en decirte que no lo pongas porque no te quiero perjudicar. No puedo ir en contra de lo que pienso, de lo que creo.

¿Te preocupas mucho por tu imagen?
Desde hace muchos años yo me pregunto cuál es mi legado. De acá en el futuro, cuando tenga mis hijos, qué es lo que quiero que lean de mí, qué es lo que quiero que digan. ¿Ir ocultándome por lo que hice o con la frente en alto?

¿Eres feliz?
Mucho y hasta para serlo hay que trabajar, por la felicidad. Es cosa de todos los días. No soy ni la misma de hace un año. Cada vez mi vida va siendo más clara, más interesante y las personas de las que me rodeo se contagian.

Bueno y gracias a ti por compartir un poco de tu tiempo con Trome...
Gracias a ti por el momento Kodak, ja, ja, ja. Cuando yo tenía 5 o 6 años y estaba frente al espejo queriendo ser la artista del Perú con mi cepillo, obligando a mis compañeros de colegio a aplaudirme, no me imaginé que ahora estaría yo buscando talentos.

(Miguel Alegre Tinoco)

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