(Fotos: Giancarlo Ávila)
Osvaldo Cattone

a la edad de 88 años, así lo confirmó la actriz Regina Alcover en su programa de radio. En noviembre del 2019 conversó con Trome previo al estreno de la obra: ‘El Padre’ en el teatro Marsano, la última que protagonizó sobre las tablas.

NOTA ORIGINAL

POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA

Los pasillos del legendario Teatro Marsano nos reciben como si nos abrazara la nostalgia. Su luz, que parece iluminar a medias, sufre un cambio brusco cuando pisamos el escenario. Por aquí han pasado miles de actores, pero ninguno de la trascendencia del hombre que está frente a nosotros. tiene 86 años, casi toda una vida dedicada al arte, desde producir hasta escribir obras innumerables y exitosas.

¿Cuántas veces te casaste?

Legalmente tres veces, conviví una sola vez.

¿Hace cuánto no haces el amor?

Cuando cumplí 82.

Mucho tiempo...

Para qué comer si no se tiene hambre.

¿Ni con viagra?

Tendría que enyesarlo, ja, ja, ja.

¿Probaste?

Tomé dos pastillas, pero no resultó.

¿Nunca perdiste con una chica?

Nunca nadie me dejó.

¿En serio?

Te voy a contar una...

Adelante...

Trabajaba en el teatro Austral y dejé a mi esposa en casa. Cuando llegué, el actor estaba mal del estómago, no podía actuar y se suspendió la función...

¿Regresaste a casa?

Sí. Cuando entré, mi mujer y mi mejor amigo estaban en la cama.

¿Te le fuiste encima?

Cerré la puerta y me fui a un hotel a dormir.

¿Qué siguió?

Fui a trabajar, ella me fue a buscar y me decía: ‘Lo que has visto no es lo que parece’. Le respondí tranquilo: ‘No te preocupes, amor, está todo bien’. La sorprendiste... Ella me preguntó: ‘¿Entonces todo se va a arreglar?’. Respondí: ‘Sí, separándonos’. Y así fue.

¿Sigues haciendo ejercicios?

Déjate de joder. Ya no.

¿Por qué?

¿Para qué? ¿A quién voy a conquistar?

¿Ya no sales de ‘cacería’?

Antes me pavoneaba, ahora para qué voy a tirar el anzuelo. ¿A quién voy a pescar? Ni a una vieja de 80 años.

¿Romántico?

Sí, pero discreto.

¿Besitos en lugares públicos?

Jamás fui a un cine y me puse a chapar.

¿Qué no harías en una sala?

No me gusta comer canchita. Esa es moda americana.

¿Tanto así?

Antes las mujeres no podían viajar en avión sin sombrero.

¿Te gustan estos tiempos?

Nací en el siglo veinte, cuando se inventó el avión, el cine, la computadora, el celular, Netflix, y he podido aprovechar eso.

Pensé que hubieras querido viajar al pasado...

Un pelotudo me dijo: ‘Me hubiera gustado ser un caballero del siglo 18’. Y respondo: ‘¿Para qué? Para vivir embarrado y sin jabón...’

A esta edad, ¿a qué aspiras?

Tonta e ingenuamente, a vivir eternamente.

¿Te asusta la muerte?

Le tengo un miedo pavoroso.

¿Dónde quieres que te entierren?

Que me cremen, no deseo pudrirme solo en una tumba.

¿Te vas a ir al cielo?

Si existe, me tocaría ir allí.

¿Por qué?

Soy ético, lo que hice fue porque lo sentí. Quizá pude hacer daño, pero sin intención. Nunca hice un mal de manera consciente.

¿Con quiénes trabajas en el teatro?

Con los mismos que estaban cuando lo abrí. Quien ya no está, es porque murió.

Llegaste a Perú en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado. ¿Se entrometió en tu trabajo?

Su esposa Consuelo me dio permiso para quedarme en el Perú y hacer las obras.

¿Los ‘terrucos’ te amenazaron?

El grupo MRTA me mandó una carta avisándome que tenía tres días para dejar el país.

Obviamente, no hiciste caso...

Ha pasado el tiempo y pienso que no fueron ellos, sino un actor o un director al que mi éxito le jodía.

Tuviste un programa de televisión llamado ‘Comiendo con Cattone’. ¿Por qué nunca intentaste otro?

Íbamos muy bien y tuve de invitada a la gran bailarina cubana Alicia Alonso. Ella me aclaró que no deseaban que hable para ningún canal, pero por nuestra amistad iría.

¿Entonces?

Fue al restaurante donde grabábamos y las cámaras del canal nunca llegaron.

¿Tu reacción?

Al día siguiente fui a buscar a Nicanor Gonzales y Mauricio Arbulú. Les reclamé y me dijeron que ese día había un partido de fútbol muy importante.

¿Qué respondiste?

Les dije que se vayan a la c... de su m... y que no me importaba que tenga contrato. Renuncié y no volví más.

¿Publicarías tu biografía?

Me parece una vergüenza que ventiles tu vida privada.

¿Te lo han propuesto?

Editorial ‘Planeta’ quiso escribir mi autobiografía y les dije: ‘No puedo contar, porque no es solo mía’.

Te refieres a que deberías dar nombres y apellidos de tus chicas...

Sí. Algunas deben estar casadas, divorciadas. Me dijeron que cambie de nombres y respondí que eso no sería honesto.

¿Probaste drogas?

Jamás, ni marihuana. Tampoco bebo licor, no tomo aspirinas ni antidepresivos.

¿Cómo te gustaría ser recordado?

El único mérito que espero me reconozca la historia es que yo conseguí llevar al pueblo al teatro.

Háblame de este éxito llamado ‘El Padre’, que estás presentando en el Teatro Marsano.

Es una experiencia maravillosa y quería, antes de morir, ser dirigido por un director joven. Es una obra extraordinaria.

Gracias por tu tiempo y tus confesiones...

A ustedes, la gente ya espera y nos debemos a ellos.

Anda tranquilo Osvaldo, despreocúpate del recuerdo. Si alguna vez partes a la eternidad, recuerda lo que dijo el trovador cubano Raúl Torres: ‘Ni la muerte va a creer que se apoderó de ti...’

DETRÁS DEL ESCENARIO

- Nació en Buenos Aires.

- Coprotagoniza la exitosa novela ‘Nino’ en 1971.

- En 1973 llega al Perú para hacer la telenovela ‘Me llaman Gorrión’ y se queda a vivir en Lima.

- Dirige el Teatro Marsano desde 1976.

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