No a los violentos. No tienes por qué soportar a un sujeto así. Por una razón simple: tienes derecho a ser feliz. Primero se muestran muy enamorados, pero después son capaces de atacarte con un taladro o hasta prenderte fuego con gasolina, como les ocurrió a dos mujeres (lamentablemente una falleció) hace poco en nuestro país. Por ello, Virginia Arroyo Guadalupe, psicóloga de ‘Psicoemotiva’, aconseja analizar las siguientes características que son típicas en un :

1. Se desvive en complacer tus deseos para enamorarte.

2. Te llama por teléfono, te busca en el trabajo, llega de improviso al lugar donde estás y argumenta que está preocupado.

3. Cuestiona tu ropa o maquillaje, pero no de forma agresiva, sino como si les interesara tu imagen.

4. Critica tu cercanía con tu familia.

5. Rompe tus planes de salidas, se hace la víctima y te dice que prefieres estar con tus amigos que con él.

6. Empieza a gritar, humillarte, controlarle y hacerte sentir culpable.

7. Te empuja, pellizca, jala el pelo y enseguida se ‘arrepiente’ y te pide perdón.

8. Después regresa la violencia, te vuelve a golpear con más intensidad: te arrastra de los pelos, patea y es capaz de coger objetos para dañarte.

LIBÉRATE

En cualquier etapa de la agresión puedes abandonar a tu pareja. Si lo haces, no te dejes manipular, lo normal es que se victimice o te chantajee con hacer pública alguna foto íntima. Lo mejor es refugiarte en tu familia o los amigos que te puedan proteger.

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