Enfundada en el uniforme rojo del Cuerpo General de , Rita Amparo Denegri recibió un merecido reconocimiento por parte del Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, el último 28 de julio. Y no era para menos. Atendió enfermos y rescató personas atrapadas en techos y pisos superiores durante las inundaciones ocasionadas por el fenómeno de El Niño Costero. Ella no dice que ayuda al prójimo, lo hace.

¿Qué te motivo a ingresar al Cuerpo General de Bomberos?

Vengo de una familia de voluntarios. Mi padre fue uno de los fundadores de ‘Operación Bondad’ de la Fuerza Aérea; mi mamá, voluntaria en Panamá cuando los balseros cubanos quedaron varados. Una tarde vi a dos bomberas y supe que quería ser como ellas.

En tus 17 años de servicio, ¿cuál ha sido tu mayor reto?

Sin duda las emergencias que involucran niños son las que más golpean y debilitan. A nivel personal, fue un gran desafío volver a ser bombera después de la maternidad.

¿Qué sentiste al recibir el homenaje el último 28 de julio?

Creí en todo momento que me entregarían un documento simbólico, en una oficina y con algunas autoridades; jamás imaginé que tendría el honor de representar a mi institución frente a todos los peruanos. Sentí nervios (sonríe).

¿Tu vocación de servicio no te aleja de tu esposo y pequeño hijo?

Sí, es cierto, pero recuerdo que la primera vez que mi hijo me vio de rojo, gritó: “¡¡Wow!!”. Para mí eso fue la luz verde que necesitaba para volver a vestir el uniforme. Mi esposo también es un gran compañero.

También eres médico, otra actividad que necesita de mucha vocación de servicio...

Te sorprendería si te digo que con mi uniforme rojo o mi mandil blanco me siento igual de orgullosa, motivada y feliz.

Un consejo a la mujer peruana.

Si les podría sugerir algo sería que se unan al Cuerpo General de Bomberos, especialmente a las jóvenes. Es una institución que me ha enseñado y dado muchísimo.

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