En la actualidad aún existen muchos rumores sobre si son buenas o no las vacunas que debemos ponerles a los niños en sus primeros años de vida. Por ello, la Dra. Theresa J. Ochoa Woodell, investigadora Principal del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt no explica detalladamente los beneficios de las vacunas.

· Es mejor estar protegido por la vacuna que dejar que el niño haga la enfermedad.

Uno de los pilares fundamentales de la medicina moderna es la prevención, y justamente a través de la es que protegemos a nuestros niños (y también a los adultos) de desarrollar enfermedades que pueden ser muy severas como la pertusis o coqueluche en lactantes pequeños (esta es una infección respiratoria que produce mucha tos y el niño puede dejar de respirar), enfermedades que son discapacitantes como el polio que produce parálisis y atrofia en las piernas, o enfermedades que pueden ser mortales como la meningitis por hemofilus o por neumococo. Por lo tanto, es mejor que el niño este protegido, a que se corra el riesgo de hacer una de estas infecciones severas y algunas fatales.

· Las vacunas son seguras.

Las vacunas se producen con la más alta tecnología, que permite que a través de la administración de una pequeña parte o proteína del microorganismo, el cuerpo humano pueda desarrollar defensas contra ese organismo sin producir la ; sin embargo, algunas  tienen algunos efectos adversos, pero la mayoría son leves; los más frecuentes son fiebre por un par de días, y dolor y enrojecimiento en la zona de aplicación de la vacuna.

· Es seguro colocar varias vacunas al mismo tiempo

No existe ningún problema en administrar varias vacunas al mismo tiempo; no hay ningún riesgo con la salud del niño. Adicionalmente, se sabe que la respuesta del organismo, es decir la producción de anticuerpos (las defensas del cuerpo), es adecuada cuando se administran varias vacunas al mismo tiempo. No debemos dejar de vacunar al niño con todas las vacunas que corresponden para su edad. Lo más importante es que el niño este al día con su calendario de vacunación.

· El niño puede vacunarse cuando tienen un simple resfrío o fiebre leve.

Una de las principales razones por las que los niños dejan de vacunarse o se atrasan es por esta creencia. Sin embargo, no existe una contraindicación absoluta para que el niño con fiebre leve o un simple resfrío se vacune. Cuando el niño tiene fiebre o resfrió, puede estar incubando una infección más severa, por lo tanto, si luego de la vacunación se pone mal, no estaríamos seguros si es por la vacunación o por la enfermedad que estaba incubando. Por lo tanto, en general, si el niño está enfermo, podemos atrasar la vacunación unos días, pero si sólo es un resfrío (“moquitos”, estornudos, fiebre leve), es mejor vacunarlo y no atrasarnos con su calendario de vacunación.

· El niño puede ponerse al día en sus vacunas.

El niño que por alguna razón dejó de vacunarse o se atrasó, puede ponerse al día. Lo importante es que no deje de estar protegido. El período clave de la vacunación son los primeros 6 meses de vida.

En conclusión, las vacunas son uno de los grandes descubrimientos de la medicina, que permite la prevención de enfermedades importantes. ¡Es mejor prevenir que curar!

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