Cada nuevo año las personas se proponen metas a corto, mediano y largo plazo. Este nuevo inicio es el mejor momento también para hacer un ejercicio a solas, recapitular todo lo vivido y aprendido en el año que acaba de terminar para tomar impulso en este nuevo camino, y si es necesario, cerrar algunos capítulos para iniciar otros.

Por ese motivo, Melissa Arbocco, autora del libro El diario de Emilia (Editorial Caja Negra), brinda algunos consejos para reflexionar sobre todo lo vivido en el 2021 y

1. Repasemos los 365 días que pasaron:

Cierra los ojos y dale una mirada general al 2021 que acaba de despedirse. No te aferres a nada aun, solo deja rodar la película y siente a través del recuerdo. ¿Qué imágenes o sensaciones recuerdas con mayor facilidad?

2. Una carta de despedida para el 2021:

¿Qué le dirías a este año que pasó? Ya le echamos un vistazo ¿Cómo lo sentiste? ¿Algo para agradecerle? ¿Algo que te faltó expresar? ¿Cuáles fueron los mejores y peores momentos? ¿Tus personas o recuerdos favoritos? ¿Qué se te quedó en el tintero? ¿Qué cosas superaste? ¿Qué aprendiste? No vale guardarse nada, suéltalo. Al terminar dobla la carta y séllala.

3. Hoja en blanco para aterrizar los sueños que queremos alcanzar:

Ahora responde ¿Qué es lo que esperas de este año que empieza? ¿Tienes metas personales? ¿En qué te comprometes a mejorar? ¿Qué ya no repetirás? ¿Qué cosas nuevas quieres descubrir? Si pudieras pedirle tres deseos al universo, ¿Cuáles serían? Esta hojita tenla al alcance, para que la puedas ver cada cierto tiempo y te ayude a seguir enfocando.

4. Agradece por todas las bendiciones.

El observar de lejos la foto más grande de tu camino; ver los altibajos, reconocer las dificultades que pudiste superar, identificar a las personas que se cruzaron en tu camino para enseñarte, etc. te debe hacer sentir agradecimiento por que estás vivo, porque hay mucho más que sentir, hacer y crear.

5. Creemos un nuevo hábito de reflexión.

En tu rutina incorpora un diario y anota cómo te fue en el día, lo que aprendiste, lo mejor del día o lo más difícil. Te ayudará a no perder el rumbo, y encontrar las conexiones de lo que sucede versus los deseos que tienes en el año. Es un gran ejercicio de autoconocimiento.

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