Hoy te contaremos los mejores para limpiar y darles brillo a las hojas de las . Para cuidar una planta de interior no solo basta con regarla, hay otros muchos aspectos que debemos tener en cuenta. Las plantas son delicadas y pueden enfermar, por eso una buena limpieza de sus hojas es importante para que la planta respire mejor. Te mostramos cómo hacerlo adecuadamente.

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Para conseguir resultados exitosos con la limpieza de las plantas de interior, lo más recomendable es poner la planta debajo del grifo y lavarla con agua tibia con intensidad moderada para que no sufra daños. Pese a ello, las maneras de limpiar las hojas de las plantas variarán según su tipo y la naturaleza de la tierra. A continuación, algunas opciones para obtener unas hojas bonitas y queden relucientes:

1. Agua natural

Puedes usar el grifo, una manguera o un pulverizador para limpiar las hojas de las plantas de interior. En caso de que la suciedad sea mucha, puedes mezclar un litro de agua con unas gotas de gel de ducha y rociarlas con este preparado para enjuagar después con agua limpia. Si vas a usar este método, mejor tapar el sustrato o tumbar la planta para que esta mezcla solo se quede en las hojas.

Una buena limpieza de las hojas es fundamental para que la planta respire mejor. (Foto: Pexels)
Una buena limpieza de las hojas es fundamental para que la planta respire mejor. (Foto: Pexels)

2. Abrillantador natural

Cuando vayas a usarlo, pasa una esponja con agua jabonosa por las hojas para conseguir mejor brillo. También puedes emplear como abrillantador natural el aceite de oliva, y con ambos métodos quedarán brillantes las hojas de tus plantas de interior. Esta también es una técnica efectiva para que tu planta luzca unas hojas bonitas, salvo para aquellas con hojas rizadas, aterciopeladas o con pelos pequeños.

3. Cepillo de dientes

Este método es perfecto para aquellas plantas de interior con las hojas aterciopeladas. Son más delicadas y pueden sufrir daños, así que para limpiarlas podemos recurrir a un cepillo de dientes que ya no usemos. Primero, sujeta la hoja y pasa el cepillo con suavidad por encima. Comienza a hacerlo desde la base y avanza con cuidado hasta la punta, y recuerda enjuagar el cepillo de vez en cuando.


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