Según estadísticas los peruanos conducen, en promedio, tres horas diarias. . Una jornada larga que los obliga a llevar una vida sedentaria y, muchas veces, descuidar su alimentación con el consumo de comida chatarra y a destiempo. El resultado, una salud vulnerable a sufrir diversos males.

Para el especialista Edinson Quiroga, gerente de servicios de salud del centro médico San Judas Tadeo, “pasar mucho tiempo al volante ocasiona problemas en el estado físico que deben ser detectados de manera oportuna. Esto permitirá cuidar la salud del conductor, así como prevenir accidentes de tránsito que ponen en riesgo su vida, la de sus pasajeros y las de los peatones”.

La alimentación es clave

De acuerdo con el especialista, los taxistas, por su trabajo, están expuestos al consumo excesivo de alimentos con altos niveles de azúcar, grasa y sal. Estos productos se asocian con el aumento de peso y el desarrollo de enfermedades como gastritis, hipertensión arterial o diabetes.

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Es importante para los choferes reemplazar los productos procesados por alternativas más saludables. También es necesario que incorporen hábitos como beber agua, consumir frutas y verduras, y establecer un horario fijo para ingerir sus alimentos. Asimismo, es fundamental que acudan a chequeos periódicos para detectar cualquier enfermedad en las etapas iniciales”, afirma.

Padecimientos más comunes

Otra enfermedad común que sufren los conductores está ligada a los problemas visuales. Con el paso de los años se acentúan los casos de miopía, astigmatismo, presbicia, catarata y glaucoma. Muchas veces quienes requieren lentes no los utilizan porque indican que sienten incomodidad.

Sin embargo, no usarlos, o emplear una medida incorrecta, puede afectar en la salud visual y, en casos graves, ocasionar accidentes de tránsito. Es común, luego de los 40 años, que el nivel de agudeza visual empiece a disminuir.

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Problemas psicológicos

El estrés de conducir largas horas en ciudades congestionadas puede desencadenar ansiedad, ataques de pánico e incluso depresión en quienes manejan.

Alteración en el sistema nervioso

Algunos presentan enfermedades neuromusculares como epilepsia, secuelas de accidentes cerebro vasculares o espasmos. Estas alteraciones requieren de una evaluación continua ya que pueden afectar la capacidad de respuesta y la coordinación al conducir. Además, en casos de enfermedades degenerativas como el Parkinson o el Alzheimer, quienes las padecen deben dejar de conducir pues ponen en riesgo su vida y la de los demás.

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Dificultad para dormir

Como la apnea del sueño, el insomnio o modificar los horarios para descansar provocan somnolencia durante el día, alteraciones en la visión, reducción de la velocidad de reacción, de coordinación y de atención en los conductores. Muchos accidentes tienen su origen en estas complicaciones por lo que es necesario identificarlas a tiempo.

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