Son muchos los padres que, , esperan una disculpa sincera por parte de ellos. Sin embargo, son muy pocos los progenitores que reconocen cuando actúan mal en casa o cometen una equivocación. Prefieren mirar hacia otro lado antes de hacer un mea culpa. Para Isela Malca Aliaga, psicóloga de la Clínica Internacional, esto ocurre porque muchos padres creen que asumir un error les hará perder autoridad frente al hijo cuando en realidad tiene más beneficios que perjuicios.

“Los padres que admiten sus limitaciones en el hogar, enseñan al niño que nadie es perfecto y pedir perdón no es un acto de debilidad, sino de sinceridad y confianza que puede realizarse cuantas veces sean necesarias. También es necesario aclarar que todos deben hacerse cargo de sus acciones”.

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El ejercicio de disculparse es beneficioso para padres e hijos, ya que evitan que la culpa y el resentimiento se instalen en el hogar.

DISCULPAS EFECTIVAS
Los padres que han actuado mal, deben dialogar con su hijo para explicarle, con palabras simples, el porqué de su comportamiento, cuáles fueron sus motivaciones y cómo se sienten ahora. Jamás hay que compensarlo con un regalo o justificarse diciendo ‘yo reniego porque siempre haces las cosas mal’, ya que esas palabras quedarán para siempre en la mente del menor. Un ‘discúlpame’ traerá mejores resultados.

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