'Solo para fumadores', de Julio Ramón Ribeyro.
'Solo para fumadores', de Julio Ramón Ribeyro.

En ‘Solo para fumadores’, nuestro gran cuentista –quien era un fumador empedernido- relata sus experiencias en torno al tabaco y su imposibilidad de liberarse del vicio que acabó con su vida. El texto no solo nos permite internarnos en la historia sino, también, nos estremece con las situaciones que describe con gran detalle.

Al comienzo se lee de ‘Solo para fumadores’: “Sin haber sido un fumador precoz, a partir de cierto momento mi historia se confunde con la historia de mis cigarrillos”.

Y vemos desfilar los nombres de aquellas marcas que pasaron por sus manos, esas que estaban de moda y otras más baratas.

En otra parte Julio Ramón Ribeyro escribe: “Fumaba no solo cuando preparaba un examen sino cuando veía una película, cuando jugaba ajedrez, cuando abordaba a una guapa, cuando me paseaba solo por el malecón, cuando tenía un problema, cuando lo resolvía. Mis días estaban así recorridos por un tren de cigarrillos, que iba sucesivamente encendiendo y apagando y que tenían cada cual su propia significación y su propio valor”.

A través de la lectura, Julio Ramón Ribeyro también cuenta todo lo que hizo para dejar de fumar: “(...) podría decir, incluso, que fumar me era desagradable, pues me dejaba amarga la boca, ardiente la garganta y ácido el estómago”.

“Empleé todo tipo de recetas y de argucias para disminuir su consumo y, eventualmente, suprimirlo. Escondía las cajetillas en los lugares más inverosímiles, llenaba mi escritorio de caramelos, para tener siempre a la mano algo que llevarme a la boca (...), adquirí boquillas sofisticadas con filtros que eliminaban la nicotina, tragué todo tipo de pastillas (...), me clavé agujas en las orejas bajo la sabia administración de un acupunturista chino. Nada dio resultado” sentencia ‘Solo para fumadores’.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC