No es un secreto que el ha aumentado en nuestro país luego de la llegada de la pandemia. El teletrabajo, la carga laboral y la presión por ajustarse a nuevos estándares de producción más demandantes, ha hecho que muchas personas se sientan sobrepasadas y ‘consumidas’ por el trabajo. Esta situación, de no ser atendida a tiempo, puede poner en riesgo la salud y bienestar personal.

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Para Tania Guimac Oblitas, psicóloga organizacional de la Universidad de Piura, cuando las personas (puede ser los trabajadores o colaboradores de una empresa) soportan más carga laboral de la que están preparadas para lidiar o resolver en un momento específico, se genera una típica situación de estrés laboral. “Podemos usar la analogía de una máquina: si la ponemos a trabajar más de lo que debe, esta termina malográndose”, dice la especialista.

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¿Cómo saber si se tiene estrés laboral?

Los síntomas más comunes son cansancio físico, falta de energía, dificultad en la concentración e incapacidad para mantenerse en una misma actividad. Muchas veces el sueño se ve alterado también y esto se refleja tanto en cuadros de insomnio como de hipersomnia (quedarse dormido en cualquier parte). A nivel emocional, predomina en el estresado sentimiento profundos de tristeza, irritabilidad y vacío. Si el estrés persiste en el tiempo pueden aparecer somatizaciones a nivel físico, como dolores de cabeza, tensión muscular, contracturas, problemas gastrointestinales, entre otras.

¿Qué hago para superar esta situación?

Una situación de estrés laboral no debe tomarse a la ligera. Si nos encontramos en un caso con características como las que se describen arriba, es prudente buscar ayuda de un especialista en salud mental. Existen, sin embargo, algunas formas y técnicas para combatir la sensación de agobio en el trabajo, canalizando la situación para que devenga en un impacto positivo. Por ejemplo: es recomendable organizarse bien a la hora de planificar las tareas para poder cumplirlas a tiempo y que no devenga en una situación de presión o cansancio.

“Hay un refrán que dice ‘a mal paso darle prisa’ y esto quiere decir que no hay que dejar las cosas que son difíciles o trabajosas para después. La presión y el estrés aumenta cuando dejamos las actividades para último minuto (procrastinación). Hacer las cosas con cierta organización, entonces, esto implica alinear vida personal y vida de trabajo”, refiere Guimac.

Otra forma en que podemos enfrentar el estrés es con actividad física o ejercicio. Con este el cuerpo genera hormonas de placer que contrarrestan los niveles de estrés. Y es conveniente también no descuidar las actividades de recreación. Tejer, pintar, salir con las amistades, cocinar, limpiar, realizarse masajes, salir a caminar o lo que sea que nos guste son situaciones beneficiosas para combatir la angustia y el tedio.

No todo es negativo

El estrés, en ocasiones, puede tener un lado positivo en nuestras vidas. Es lo que se llama el ‘eustrés’, aquel que nos impulsa a cumplir nuestros sueños. Por ejemplo, la presión que sentimos al emprender un negocio propio, aprender un nuevo idioma, etc. y que el cerebro percibe como algo motivador o beneficioso pues nos lleva a un logro. El cambio se percibe como menos catastrófico y se usa como motor para el aprendizaje. Así, el cuerpo y cerebro no se agobian, y el nivel de estrés disminuye.

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