Desde siempre hemos escuchado que la fobia más grande que tienen los , es el agua. Incluso, atribuimos a que esta es la razón por la que ellos prefieren asearse lamiéndose que entrando a una bañera o a un estanque con agua. Pero ¿por qué le temen al agua?

Según diversos estudios científicos, esto se debe a la poca relación que estos animales han tenido con este elemento desde hace muchos siglos. Como se recuerda, los ancestros de estos animales habitaban en los desiertos, por lo que este ‘temor’ se trataría más a un instinto de alejarse de lo desconocido o de un potente peligro.

Bajo ese mismo punto, también podemos explicar por qué los grandes felinos salvajes se mantienen alejados del agua: Los leones suelen mantenerse lejos de los ríos y pantanos para evitar ser devorados por los cocodrilos, los leopardos se mantienen en los árboles alejados de otros depredadores y de los hipopótamos.

Pero también existen gatos que no le temen al agua. Como el gato pescador, de la India e Indonesia, que suele atrapar peces y ranas. También están los gatos del campo que merodean los estanques sin miedo para cazar anfibios.

Es así que entendemos que, mientras más relacionado esté el gato con este elemento, menos miedo le tendrá.

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