Sin duda cuidar de los hijos debe ser primordial para los padres, pero cuando esta puede caer en la “hiperpaternidad”. Este comportamiento de crianza y educación se caracteriza por una atención desorbitada y puede afectar negativamente el desarrollo del menor.

Para Danitsa Alarcón, psicóloga de la Universidad de San Martín de Porres, esta conducta de los progenitores aumentó aún más tras la pandemia por la . “Los adultos se volvieron más ansiosos, estresados y algunos incluso tenían “pensamientos catastróficos” de que si salían sus hijos, se iban a contagiar”, explica.

La especialista en niños y adolescentes aclara que este trastorno no es nuevo y que en muchas ocasiones ha impedido que los niños se enfrenten a sus propios miedos a tal punto que no sepan defenderse ni en la propia escuela.

Características de los hiperpadres

- Tienen miedo del futuro de sus hijos y buscan prepararlos de la mejor forma posible. Los inscriben en los mejores colegios, comprando los juguetes de moda y apuntándoles a todas las actividades extraescolares posibles para asegurarles un brillante futuro.

- Sobreprotegen y allanan el camino a sus hijos. Hasta el punto de atarles los zapatos cuando podrían hacerlo tranquilamente solos.

- Buscan el hijo perfecto. Lo empiezan a construir desde infantes. Su vestimenta, el calzado y hasta el deporte lo escogen los padres.

- No permiten que sus hijos se frustren. No asumen que tengan miedos o preocupaciones, y en muchos casos se echan la culpa de alguna travesura que cometió su hijo.

¿Cuáles son las consecuencias?

Se vuelven temerosos, no desarrollan y piensan que son perfectos todo el tiempo. Además, no toleran que los regañen y buscan “pisotear” a las personas que creen no estar a su altura.

“La mayoría se vuelve narcisista, tienen el ego alto y buscan satisfacer sus necesidades a costa de lo que sea. Esto hace que sus compañeros de colegio se alejen, no tenga amigos y hasta su propia familia lo rechace”, manifiesta Alarcón.

LE PUEDE INTERESAR



Contenido sugerido

Contenido GEC