Lustrabotas de Comas
Lustrabotas de Comas

Un 'trome' en Lima Norte. Lustrar los zapatos no se trata solo de sacudir la escobilla sobre el zapato, hay que saber hacerlo correctamente para que el calzado luzca como nuevo. Así nos lo explica don Genaro Torres Tiza (75), quien es conocido en Comas como el lustrabotas más risueño y antiguo del lugar. Esta es su historia.

¿Cuántos años tiene lustrando calzado?
Son más de 45 años trabajando aquí en el cruce de las avenidas San Felipe y Universitaria.

Es bastante tiempo, ¿no se siente cansado?
No, para nada. A mí me gusta lo que hago, yo conozco al 85 % de mis clientes. Algunos vienen en terno a lustrarse los zapatos, y a la mayoría de ellos los he visto en pañales.

Debe sentirse orgulloso de ser el más antiguo de la zona…
Por supuesto, eso jala más clientes porque todos me conocen y me recomiendan. Todos saben lo bueno que es mi trabajo.

¿Cuántos hijos tiene?
He tenido siete hijos, por los cuales siempre lo he dado todo, pero lastimosamente uno falleció.

¿Todos adultos y con familia?
Sí, todos ya realizados. Hasta nietos jóvenes tengo, ellos son mi orgullo.

¿Y por qué no está en casa descansando?
Porque mis hijos tienen que trabajar y mantener a sus respectivas familias, no a este viejo. Mientras este viejo pueda trabajar, se hará cargo de sí mismo. Ya cuando no pueda, mis hijos me consentirán (risas).

¿Cómo empezó en este trabajo?
Yo trabajaba en una empresa minera. Un día hubo un despido masivo y yo me quedé sin empleo y con cuatro hijos que alimentar. La necesidad me llevó a encontrar un ingreso en este trabajo.

¿Qué es lo más pesado de su labor?
La verdad, a mí me gusta mucho mi trabajo. Yo no le veo mucho de complicado. Yo me entretengo con los amigos. Desde el controlador de las combis, hasta el señor que vende yuquitas. Y claro, los clientes.

¿Cómo hace para que los zapatos luzcan relucientes?
Hay que desempolvar bien el zapato antes de sacar lustre. Una tela siempre es útil para eso, además de utilizar un cepillo y betún líquido para llegar a los lugares más difíciles de lustrar.

Usted infla el pecho por su trabajo…
Pero claro, si tu trabajo no le hace daño a nadie, no tienes por qué sentirte avergonzado. El trabajo dignifica, te da un futuro y te ayuda a mantener la barriga llena (risas). Yo siempre voy a estar agradecido con el trabajo que ayudó a darle a mi familia lo que necesitaba.

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