Enterarte de que tu hija adolescente está embarazada, no es una noticia fácil de asimilar. El enojo, la preocupación, la frustración y la tristeza se apoderarán de ti. Empezarás a cuestionarte: '¿qué hice mal?', '¿por qué me pasó esto a mí?', '¿soy una mala madre?'. A estas alturas, recriminarte tampoco te ayudará. Necesitas sobrepronerte y enfrentar el problema con la mejor actitud. 

¡ACÓGELA, NO LA BOTES!

Por ningún motivo -aconseja la psicóloga Virginia Arroyo Guadalupe- te exaltes y botes a tu hija de la casa. Se comprende tu enojo y decepción, pero ¿crees que está bien darle la espalda ahora que más te necesita? Es cierto que cometió un error, pero no merece que la dejes a su suerte. Más bien, déjale claro que traer un niño a este mundo implica muchas responsabilidades que tendrá que asumir sin quejarse. 

CUIDA SU SALUD FÍSICA Y MENTAL 

Apenas sepas de la gestación, llévala a un ginecólogo para que la examine y sepas cómo está ella y el bebé. Un embarazo adolescente tiene riesgos, por eso acompáñala a sus controles mensuales y cerciórate de que se alimente bien. Si notas que está decaída o con la mirada perdida, sugiérele visitar un psicólogo. Puede que necesite orientación externa para terminar de asimilar lo que le está sucediendo. 

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