Hablar lisuras, agarrarse de los pelos y dar patadas, no es sinónimo de saber defenderse, sino de falta de control emocional y muchas veces esto también se refleja en las .

Ahora que las mujeres hemos alcanzado igualdad de género, estamos dando rienda suelta a la impulsividad. Todo eso, sumado al estrés laboral, familiar y social hace que muchas explotemos, afectando nuestra imagen y convirtiéndonos en  muñecas bravas.

Una regla básica que toda mujer debe tener en cuenta es que todo acto tiene consecuencias y que una pelea no solo daña al contrincante, sino también a ella misma.

CALMA TU IMPULSO

-Cuando sientas rabia, pregúntate qué es lo que te está causando ese malestar y, en seguida, guarda silencio.


- Escucha con paciencia y tolera los comentarios con inteligencia.

- Respira profundo y piensa en los problemas que se pueden originar si actúas como una muñeca brava.

- Ten en cuenta la imagen que la gente se crea de ti y el ejemplo que le das a los tuyos.

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