La paternidad no es cosa fácil. Y es que al margen de asegurarse de que nada les falte a sus , los padres tienen que contribuir activamente en su educación, sobre todo en la emocional ya que sus bases se sientan en la formación familiar.

Una de las principales dificultades de los papás en las primeras etapas del crecimiento de los niños son las rabietas, berrinches o pataletas. Y es que cuando a los pequeños sufren de ataques de engreimiento e ira, no hay quien los soporte.

Muchas veces te habrás topado en el micro o en el supermercado con estos escándalos de niños que gritan, golpean y lloran hasta ponerse rojos porque el papá se rehúsa a comprarles una golosina o juguete. También están los que hacen rabietas por aburrimiento, sin motivo alguno aparente.

Pues bien, muchos padres no saben qué hacer en estos casos. Algunos optan por darles lo que quieren mientras otros se encolerizan y los regañan. Sea como sea, al parecer ninguna de estas es la respuesta acertada.

Quien sí pudo abordar la situación de la mejor manera fue el actor estadounidense Justin Baldoni, quien colgó una fotografía en de su reacción ante un berrinche de su hija. Pronto su post se volvió causando la admiración de las redes sociales, según el diario El Mundo.

En la foto se ve a su hija tirada en el suelo de un supermercado mientras él y su padre la observan indiferentes. ‘Hay que sentirse cómodo en lo incómodo’, escribió al lado de la imagen.

“No hay padres perfectos, pero una cosa que me enseñó el mío fue a no ser padre en función de lo que los demás pensaran. Mi padre siempre me dejaba sentir lo que necesitaba sentir, aunque fuera en público y embarazoso. No recuerdo que me dijera '¡Me estás avergonzando!' o '¡No llores!'. No fue hasta hace poco tiempo cuando me di cuenta de lo importante que fue para mi propio desarrollo emocional. Nuestros niños están aprendiendo y procesando tanta información y no saben qué hacer con todos estos nuevos sentimientos que aparecen”, escribió el actor.

“No es embarazoso para mí cuando tiene un berrinche en la tienda de comestibles o cuando grita en un avión. Soy su padre… no el tuyo. No nos avergoncemos de nuestros hijos. De hecho, probablemente deberíamos ser también un poco más amables y pacientes con nosotros mismos. Si pudiésemos expresar lo que estamos sintiendo y tener berrinches y llorar cuando sentimos la necesidad, tal vez podríamos ser más alegres y felices”, agregó.

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