Al principio un jaloneo, un empujón o un manotazo en la cara pueden parecer un juego normal de pareja. Incluso una 'manera' de demostrarse cariño, afecto y confianza. 

Sin embargo, con el tiempo esto puede volverse un hábito y traer graves consecuencias que afecten la relación. Carmen Bravo de Rueda, psicoterapeuta de la Clínica Ricardo Palma, advierte que esta forma de relacionarse hace que se pierda el respeto en y sea el camino más fácil para llegar a la violencia física. 

"Es recomendable desterrar esta práctica lo más pronto posible de la relación. Los únicos juegos permitidos son aquellos que llevan a la comunicación, armonía o estimulación erótica como los masajes", precisa. 

CARIÑO MALO
¿Por qué aceptamos esos 'juegos inocentes'? La experta señala que es debido a:

- Una baja autoestima. Muchas mujeres sienten que si reclaman, sus parejas ya no las van a querer y las dejarán. Nadie tiene derecho a ponerte un dedo encima, valórate más.

- Un mal concepto del amor. La persona que te quiere de verdad, siempre buscará tu bienestar y no tratará de lastimarte. No te dejes engañar, esos juegos no son una forma de expresar cariño.

NO LO PERMITAS
- Cuando empiece con sus 'juegos', cógele la mano y pregúntale si a él le gustaría que tú lo molestaras así. Trata de hacerlo de modo sutil para que no piense que te estás haciendo la víctima. No te rías, sé firme.

- Conversa con tu pareja y explícale que esos 'cariñitos' no refuerzan la relación. Hazlo cuando esté relajado y de buen humor, de lo contrario lo tomará a mal y hasta puede ignorar lo que digas.

- Si insiste en darte manotazos, acudan a una terapia psicológica. Será la mejor alternativa para la relación.

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