Definitivamente, es mediante el mutuo acuerdo de las partes, es decir, entre ambos cónyuges. ¿Pero qué sucede cuando uno de ellos se niega a divorciarse? Pues hay implicancias legales y también personales.

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De estas últimas hablaremos en esta nota con la psicoterapeuta cognitivo-conductual Ginnette Urbina. La experta indica que hay varios motivos por los que una de las partes se resiste a esta separación.

La primera es el miedo a enfrentarse a la ansiedad que puede generar el rompimiento de la estructura marital a la que están acostumbrados.

Existen hombres y mujeres que tienen temor a caer en el estigma de la persona abandonada, que quedó sola de pronto porque es indigna de formar un hogar”, explica Urbina.

Pero hay otra razón que es mucho más dañina. La de no querer ‘soltar al otro’ para impedir que pueda rehacer su vida. Es un deseo de fastidiar y hacerle sentir un poco el dolor que sienten por su abandono. La situación se pone peor cuando la causa de la separación es una infidelidad.

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Cualquiera sea el caso, es importante que la persona que se niega al divorcio recurra a un profesional para que le brinde soporte emocional y pueda afrontar esta situación de la mejor manera”, recomienda.

Si esta información también es tu caso, busca asesoría legal y también psicológica para enfrentar el proceso y a tu expareja.


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