Ayacucho: Tradición y gastronomía en 'La ciudad de las Iglesias'

Las fiestas por semana santa convirtieron, por estas fechas, a Ayacucho en el corazón turístico de nuestro país. Las calles se llenaron de visitantes vestidos de rojo, el color típico de los sábados de gloria durante estas celebraciones, que venían a conocer y participar de las tradiciones de ‘La ciudad de las Iglesias’. Pero como cada rincón del Perú, es inevitable que la buena comida se ausente de la fiesta.

Para conocer parte de la gastronomía ayacuchana, decidimos alejarnos un poco de las torres humanas y el 'jala toro' para caminar  un par de cuadras de distancia desde la Plaza de Armas. El punto de encuentro era una enorme vivienda amarilla, con el estilo arquitectónico que esta ciudad conserva desde la época virreinal y que nos abría sus puertas, en el Jirón Bellido 463, para permitirnos sumergirnos en su sazón. Es ‘La Casona’, uno de los restaurantes turísticos más tradicionales de este lugar.

Aquí nos recibió Sheyla Zárate, hija de Doña Socorro Muñoz, la fundadora de este negocio allá por 1980. Este bello lugar ha sido el hogar de su familia por largas décadas y hoy se ha convertido en uno de los restaurantes con mayor historia de este pueblo. 

Con la gran gentileza y entusiasmo que caracteriza a las personas de esta tierra, ella nos invitó a compartir la mesa junto a ella para presentarnos al protagonista de su carta: La puca picante, un plato que refleja toda la tradición de Ayacucho.

Este manjar nos presentaba una deliciosa carne de cerdo bañada en una exquisita salsa a base de ají panca, betarraga y maní molido que se combinaban para crear un indescriptible sabor, capaz de despertar todos tus sentidos. 

No podemos dejar de lado las papas doradas y papas sancochadas que acompañaban a esta presentación, así como el delicioso choclo con queso que terminaban de atrapar nuestros paladares y el chicharrón que solo ellos incluyen a este plato.

La chicha de jora no podía faltar en la gastronomía del centro de nuestro país. Era ideal para hacer un brindis por esta tierra que regala historia, tradición y magia a todos sus visitantes.