Mientras más grandes sean, mejor. Este podría ser un pensamiento común entre los hombres cuando buscan una mujer de grandes, asunto que podría ser medular para algunos individuos al momento de buscar pareja.

Sin embargo, ellas a veces no gustan de tener estos atributos. Y es que lejos de la imagen sexy que ello siempre provoca, hay ocasiones que tener los senos muy grandes puede ser causa de un dolor de cabeza y no un motivo de orgullo.

Amiga, si tienes los senos muy grandes (al punto que tienes que decir a todos que tu cara está más arriba), esta lista de problemas podría estar a tu medida.

1) Pechito con pechito. Al momento de bailar en una fiesta, el encargado de la música se le ocurre poner una canción sensual para que las parejas están 'pegaditas'. Comenzó la pesadilla para ti, la chica con los senos más grandes de la reunión.

Y es que ello no solo es aprovechado por muchos 'linces' para así aproximarse más a ti, sino que es blanco de las miradas de muchos en la fiesta. Pues, valgan verdades, todos quieren ver cómo te sonrojas.

2) Put your hands up. En la misma fiesta en la que se colocó la vergonzosa canción del punto anterior, el DJ quiere jugarte una de las bromas más pesadas de la noche. No contento con verte hecha un tomate, coloca una de Martin Garrix o Alesso.

La gente en la fiesta 'se pone' y todos comienzan a saltar como poseídos. Así que, de una u otra forma, la chica de los senos gigantes capta la atención de todos y todas en la cita ya que quieren ver cómo reaccionas: te dejas llevar por la música y saltas (y ella también saltan) o simplemente vuelves a tu silla a terminar el mojito que dejaste a medio vaso.

3) Vamos al cine. Ya superada la fiesta (con 'roches' y demás), un chico que bailó contigo en la mencionada fiesta te invitó al cine. El pretendiente no está nada mal, es simpático, conversador y, además, tiene carro (¡oh, yeah!).

Pero los problemas comienzan cuando las luces se apagan y la velada comienza. Cada uno tiene un balde de pop corn y empieza a engullir el maíz en cada diálogo. El tema está en que tú, chica de senos grandes, tiene el balde muy lejos del rostro.

El tema se pone peor porque las butacas son pequeñas y la cesta está rozándole la nuca al que está frente a ti. Perdiste, chica, la próxima vez compra un churro y un chocolate.

4) Buenas noches. Después de terminada la película (y ganarte una cara de molesto de la persona que estaba en el asiento delantero), ambos salen del cine y él, como tiene carro (¡oh, yeah!), te deja en casa.

Como la butaca era un poco pequeña (en realidad tú eres la grandota), tienes un dolor de espalda casi insoportable. Lo único que quieres es ir a tu cama a descansar.

Al echarte, no puedes caer en los brazos de Morfeo. Es así que decides voltearte y dormir boca abajo, pero... ¡sorpresa! Tus enormes senos actúan como una suerte de flotadores que impiden que tu mentón toque la almohada (solo tu frente llega a dura penas al cojín).

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