Para realizar esta limpieza, es necesario utilizar los elementos adecuados como guantes y escobillas. (Foto: GEC)
Para realizar esta limpieza, es necesario utilizar los elementos adecuados como guantes y escobillas. (Foto: GEC)

Tras el último corte de agua en 20 distritos de la capital, varias personas analizan la idea de colocar una cisterna de agua y así evitar quedarse sin este recurso natural, necesario para nuestra vida diaria.

Pero lo importante no solo es colocarla en un sitio adecuado y protegida de la intemperie, también hay que considerar la limpieza y mantenimiento que debe tener para que no contamine el agua que vamos a utilizar.

Por ello, el arquitecto Paul Vera detalla que la limpieza y la desinfección de estos reservorios de agua son es necesarias y debemos realizarlas dos veces al año porque de lo contrario se generarán agentes dañinos para nuestra salud.

“Es importante hacer una limpieza y desinfección de una cisterna de agua cada seis meses, pues las partículas de suciedad que se acumulan forman capas de sedimentación que crean bacterias y se vuelven dañinas para las personas”, indica el también director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).

El proceso de la limpieza de la cisterna es sencillo, lo primero que debes hacer es cerrar la llave general de agua y luego vaciar el tanque hasta dejar un poco de agua que nos permita limpiarlo.

“Para este paso es recomendable utilizar guantes, desinfectante y una escobilla para limpiar las paredes, techo y fondo de la estructura”, detalla Vera.

Terminado el cepillado, retira todo el agua acumulada y enjuaga las veces que sean necesarias para eliminar los restos de detergente.

Ahora, abre la llave general, llena la cisterna hasta unos 30 cm. (máximo) de alto y echa un poco de lejía. Lava una vez más la estructura y deja que la lejía actúe -aproximadamente- tres horas.

Pasado este tiempo, el arquitecto aconseja eliminar el agua clorada y volver a llenar el tanque con agua limpia (hasta unos 30 cm. de alto) y dejar que escurra por los caños de la casa. Expulsada toda el agua, vuelve a llenar la cisterna.

Siguiendo este consejo, evitarás que algún integrante de tu familia se vea afectado por una infección provocada por las bacterias que pueden estar alojadas en tu reservorio de agua.

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