Darles una recompensa no es algo malo, lo mejor es que ellos no lo esperen. Solo así entenderán que es por su dedicación y trabajo, no por obligación. (Foto: Pixabay)
Darles una recompensa no es algo malo, lo mejor es que ellos no lo esperen. Solo así entenderán que es por su dedicación y trabajo, no por obligación. (Foto: Pixabay)

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Llega el fin del año escolar y el esfuerzo de muchos estudiantes es recompensado con buenas notas. Sin embargo, son los padres quienes entran en un dilema: en realidad, ¿es conveniente premiar las calificaciones de sus hijos?

A continuación, los expertos de Ediciones Corefo nos explican si esta forma de premiarlos es beneficiosa o no. Preste mucha atención:

1. Un premio o regalo puede ser una buena forma de enseñarles que todo esfuerzo tiene una recompensa. Y al igual como sucede con los adultos cuando reciben un estímulo en su trabajo, esto puede motivarlos más.

2. Lo ideal es valorar si, en lugar de algo material, sería más beneficioso para ellos una felicitación, un abrazo y mucha más atención. Estos gestos, por más sencillos que parezcan, los llenarán de satisfacción. Es importante decirles: “¡qué bien lo has hecho!”, “¡tu esfuerzo ha sido genial!”. Reconocer su trabajo es el mejor premio.

3. Darles una recompensa no es algo malo, lo mejor es que ellos no lo esperen. Solo así entenderán que es por su dedicación y trabajo, no por obligación. La idea es que tomen conciencia de su esfuerzo.

4. Los niños deben tener muy claro que estudiar es su mayor responsabilidad. No pueden acostumbrarse a esperar un premio o regalo cada vez que lo hagan. Nunca se les debe decir: “si apruebas, te compro un regalo”; “si terminas tu tarea, te doy una propina”. Eso solo condicionará su esfuerzo.

5. El efecto de darles obsequios a los niños suele ser contraproducente y pueden hacerse la idea de que sus padres tienen la obligación de hacerlo. Y, por lo general, cada vez pedirán mejores regalos.

6. En el caso de que no aprueben todas las asignaturas con buenas notas, los niños se pueden frustrar si no obtienen una recompensa. Cuando los resultados no son los esperados, es mejor evaluar las causas e involucrarlos en ellas. Buscar soluciones junto a ellos les ayudará a ser responsables y valorar su trabajo.

7. El proceso de aprendizaje se desvirtúa. La recompensa real de asistir a clase es tener cada día más conocimientos y eso se les debe transmitir a los más pequeños. Recibir regalos por sacar buenas notas podría confundirlos, ya que pueden llegar a pensar que el objetivo del colegio es conseguir regalos.

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