La estudiante británica quedó ciega después que una ola le revantara en el rostro. Ella no se había sacado los lentes de contacto antes de ingresar al mar de Malta donde estaba de vacaciones el año pasado. 

Aiko-Murray, quien tuvo el ojo rojo tras el golpe de la ola, comenzó a tener migrañas y un "lagrimeo constante", así que decidió acudir a un especialista para que le explique qué sucedía.

El doctor le diagnosticó queratitis por Acanthamoeba, una rara infección que daña la parte frontal del ojo: las bacterias infectan la córnea, la cubierta externa transparente del ojo, y es más común entre personas que usan lentes de contacto.

A Miyako Aiko-Murray le prescribieron unas gotas especiales que debía aplicarse cada hora durante un mes, por lo que no podía dormir bien.

En el trabajo, la joven tuvo que pedir descanso médico urgente por dos semanas, aunque se sintió mal porque recientemente la habían contratado. Sin embargo, cuando regresó prácticamente tenía pocas horas durmiendo, pues estaba asistiendo a citas en el hospital una vez a la semana. Finalmente, perdió su empleo.

En marzo de este año, Aiko-Murray se despertó una noche sin visión: se había quedado ciega completamente porque había contraído una infección bacteriana secundaria que le causó una cicatrización corneal.

"Nunca me había sentido tan deprimida en mi vida. Finalmente tuve que dejar de estudiar y de hacer actividades diarias. Todo lo que puedo hacer es rezar", dijo la joven al

Los médicos le recomendaron un trasplante de córnea hasta que reciba un donante de ojo. 

Una de sus amigas para recaudar fondos para ayudarla en "este difícil momento".

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