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La imagen de dos perros que cayeron dentro del socavón de Puebla, en el centro de México, alertó a las autoridades y, aunque la tarea fue complicada, lograron rescatarlos.

Según , el equipo de Protección Civil Estatal llegó a la zona para preparar el equipo y la estrategia para descender con éxito y no poner en riesgo ni sus vidas ni la de los animales. Tenían como antecedente que los dos intentos anteriores fallaron debido a la presencia de lluvias.

Los dos perros, uno de raza pitbull y otro mestizo, cayeron el 7 de junio al interior del socavón que se formó en campos de cultivo de Santa María de Zacatepec. Ambos fueron captados en video por un dron y esto alertó a las autoridades.

Hugo Larios, jefe de la Unidad de Servicio de Emergencia Animal, relató a que la maniobra de rescate más segura consiste en “un sistema de tirolesa que va a atravesar el socavón para hacer una maniobra de descenso y de esta manera contener a los animalitos”.

Agregó que debido al estrés que deben estar experimentando se les aplicará un “dardo con medicamento” para relajarlos, “ponerles una red, anclarlos a nosotros y subir la polea”.

Horas más tarde, Protección Civil y los Bomberos de Puebla lograron rescatar a los dos perros, quienes vienen recibiendo los cuidados de Bienestar Animal.

Fátima Ortega, dueña de uno de los perros que cayó al socavón, contó a Efe que “Spay” siempre juega en la zona con otros cachorros, pero nunca imaginó que caería al agujero porque su casa está a 250 metros del lugar.

Sigue creciendo

El socavón de Puebla superó hoy los 120 metros de diámetro y una profundidad de al menos 20 metros, con una tendencia a seguir creciendo de una manera más lenta, según los investigadores que llegaron al sitio.

El investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Pedro Francisco Rodríguez expuso a Efe que en los cinco días de estudios geofísicos, geológicos e hidrológicos realizados en el subsuelo han detectado tres hipótesis, ninguna definitiva.

La primera es que son causas naturales indeterminadas, la segunda es por la explotación de los mantos acuíferos y la tercera es una combinación de estas.

El desprendimiento se produjo el 29 de mayo en un terreno de cultivo del municipio Juan C. Bonilla, a poco más de 20 kilómetros de Puebla capital, en una zona donde solamente hay algunas casas pequeñas y humildes de las personas que cultivan las tierras.

El hoyo se originó con solo cinco metros de diámetro, en solo 24 horas pasó a los 30 metros y desde entonces no ha parado de crecer.

Con información de EFE

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