Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso arroz con pato, salsita criolla y una jarra de chicha heladita para aplacar el intenso calor. “María, llegó a la Redacción mi amigo, el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Gary, con un corazón grande, como un sombrero mexicano, me recibió en su residencia la bellísima cantante y actriz . El encuentro se dio cuando ella recogía el aplauso mundial por su internacional tema ‘Quiero amanecer con alguien’ y cuando grababa un comercial para ¡el lanzamiento de su champú!

Se acercó abriendo sus brazos y exclamó: ‘¡Qué onda hermanito peruano!, para que soy buenona’. Quedé extasiado, cuando al abrazarla, mis dedos se deslizaron muy suavemente por su larga cabellera color negro azabache, que le llegaba ¡hasta la cintura! Mientras conversábamos, sacó una peineta y como un rito, se la pasó una y otra vez sobre su sedosa cabellera. Pregunté: ‘¿Siempre la tuviste así?’, miró al cielo y confesó: ‘Es la herencia de mamá Teresa, me la cuidó con amor, lavándola solo con clara de huevo’. Repliqué: ‘¿Y cómo lo cuidas?’. Me contó su secreto: ‘No uso reacondicionador, pero constantemente me cepillo’.

Mientras degustábamos unos tacos, le conté: ‘En Piura, tierra noble y alegre, no solamente hablan cantando, como ustedes, nuestros hermanos mexicanos, sino también hay bellas mujeres con infinito cabello y fantásticas trenzas’. Mi comentario le impactó y me exigió que en su próxima visita le presente una piurana. Agregó: ‘Ándale, con cariño llévales unos frascos de mi flamante champú. Híjole, ni aquí está a la venta’. Me despidió coquetamente, tarareando ‘Yo no te pido la luna’.

Años después, la atendí como una celebridad en el hotel ‘Crillón’. Le entregué una réplica de Machu Picchu, en fina plata. Y hubo un original show en su honor. Saltó a la pista la pareja campeona juvenil de Tondero, quedando encandilada al compás de ‘San Miguel de Morropón’. Con picardía, la niña Laurita Zapata la animó a dar unos pasitos con pañuelo al aire y ¡hasta se quitó los zapatos! Sus ojos se llenaron de luz y acomodando sus típicas trencitas, con voz entrecortada le dijo: ‘Niña preciosa, te invito esta noche a mi concierto y te espero en México para mi videoclip internacional’.Lloré, cuando reapareció en la TV, con el cabello rapado, por un severo cáncer a los senos y escucharla como mujer guerrera: ‘Me tocó a mí, pero esto me ha hecho más humana’.

Salté de alegría, viendo el concierto a beneficio ‘Manzanero y sus rosas’, uniendo su voz con nuestra Tania Libertad y cantando como las diosas’”. Pucha, el señor Malcom siempre al lado de grandes artistas. Me voy, cuídense.

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Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sabroso arroz con pato, salsita criolla y una jarra de chicha heladita para aplacar el intenso calor. “María, llegó a la Redacción mi amigo, el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Gary, con un corazón grande, como un sombrero mexicano, me recibió en su residencia la bellísima cantante y actriz . El encuentro se dio cuando ella recogía el aplauso mundial por su internacional tema ‘Quiero amanecer con alguien’ y cuando grababa un comercial para ¡el lanzamiento de su champú!

Se acercó abriendo sus brazos y exclamó: ‘¡Qué onda hermanito peruano!, para que soy buenona’. Quedé extasiado, cuando al abrazarla, mis dedos se deslizaron muy suavemente por su larga cabellera color negro azabache, que le llegaba ¡hasta la cintura! Mientras conversábamos, sacó una peineta y como un rito, se la pasó una y otra vez sobre su sedosa cabellera. Pregunté: ‘¿Siempre la tuviste así?’, miró al cielo y confesó: ‘Es la herencia de mamá Teresa, me la cuidó con amor, lavándola solo con clara de huevo’. Repliqué: ‘¿Y cómo lo cuidas?’. Me contó su secreto: ‘No uso reacondicionador, pero constantemente me cepillo’.

Mientras degustábamos unos tacos, le conté: ‘En Piura, tierra noble y alegre, no solamente hablan cantando, como ustedes, nuestros hermanos mexicanos, sino también hay bellas mujeres con infinito cabello y fantásticas trenzas’. Mi comentario le impactó y me exigió que en su próxima visita le presente una piurana. Agregó: ‘Ándale, con cariño llévales unos frascos de mi flamante champú. Híjole, ni aquí está a la venta’. Me despidió coquetamente, tarareando ‘Yo no te pido la luna’.

Años después, la atendí como una celebridad en el hotel ‘Crillón’. Le entregué una réplica de Machu Picchu, en fina plata. Y hubo un original show en su honor. Saltó a la pista la pareja campeona juvenil de Tondero, quedando encandilada al compás de ‘San Miguel de Morropón’. Con picardía, la niña Laurita Zapata la animó a dar unos pasitos con pañuelo al aire y ¡hasta se quitó los zapatos! Sus ojos se llenaron de luz y acomodando sus típicas trencitas, con voz entrecortada le dijo: ‘Niña preciosa, te invito esta noche a mi concierto y te espero en México para mi videoclip internacional’.Lloré, cuando reapareció en la TV, con el cabello rapado, por un severo cáncer a los senos y escucharla como mujer guerrera: ‘Me tocó a mí, pero esto me ha hecho más humana’.

Salté de alegría, viendo el concierto a beneficio ‘Manzanero y sus rosas’, uniendo su voz con nuestra Tania Libertad y cantando como las diosas’”. Pucha, el señor Malcom siempre al lado de grandes artistas. Me voy, cuídense.

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