El bombardero
El bombardero

Del saque somos carnecita... Lean clarito y corrido: 12 años sin ganar de visita en Eliminatorias. 144 meses sin saborear una victoria en cancha ajena. 4380 días agachando la cabeza en el extranjero. Llevamos 28 partidos (26 caídas y dos empates) sin gritar un triunfo y estamos a dos de entrar al podio de los más perdedores. Luxemburgo (53), Bolivia (52) y San Marino (30).

Basta ya con esta tortura y desgracia deportiva, porque yo no cuento la victoria por mesa. Paraguay es incómodo al mango, pero vulnerable. Les ganamos 2-0 y el tercer lugar de la Copa América de Chile. Le metimos 1-0 en la primera rueda de las Clasificatorias. Las estadísticas no meten goles ni te dan puntos, pero que podemos, podemos.

Ellos solo tendrán la ventaja de la localía. En el juego, veremos si Ricardo Gareca chunta una en año y medio. Sí, señores... Un datito, ese lateral derecho Jorge Moreira es nerviosón y hay que presionarlo. En el último partido con River Plate se equivocó en salida y regaló el gol a Estudiantes de La Plata. Es un equipo ligerito, pero hay que encararlo al veterano Paulo da Silva. Ya está choclón, lento y se barretea en el juego aéreo en las dos áreas. Ojito, ojito en los córners.

Cueva, Carrillo, Flores y Guerrero vayan para adelante que la taba del tío ya ni duele. Y no va a ser... Los del ‘Chiqui’ Arce van a salir como aviones. Hay que pararnos bien y con personalidad. Rotando la pelota con inteligencia y precisión. Adormecerlos con la posesión y buscando la sorpresa. Vienen agrandados por vencer a Argentina en Mendoza. Tapemos las bandas y hagamos el recorrido para que los marcadores no metan bombazos, porque cuando esos saltan sacan el codo, el puñete, el rodillazo o te desacomodan.

Choque de fricción y alta exigencia física. Como dicen los vagos en mi barrio, que corra el balón y no el jugador. Ayayayayay... Este es el partido de los guapos, de los machos. No estoy empilando a la gente para que salga a quebrar a alguien. No. Estoy pidiendo carácter y, cuando las papas quemen, salga alguien a decir tranquilo que aquí estoy yo y no pasa ni mela. A Paolo lo van a moler a patadas. No lo dejemos solo, huérfano. Todos vamos.

Todos retrocedemos. En el fútbol moderno hay que saber hacer la cobertura, apoyar al compañero, cubrir el espacio, a cambiar de posición si las circunstancias lo requieren. Si hay que corretear 80 metros a un rival, hay que ponerse el overol. Cuevita que le gane las espaldas a los de contención Riveros y Rojas, para que quede pepa a pepa con los zagueros. En esa zona, quiero que repita lo del Brasileirao. Pases de callejón, de cuca y del desprecio.

Que gambetee entre tres, cuatro y marque la diferencia. No me llena con dos minutos de inspiración. Así es... Mañana encaballo a la muchachada. No quiero comentar de posibilidades, de chanches, de eliminación, del Mundial. Daría la vida por vestirme de corto y privarlo de un cabezazo en la nuca a Roque Santa Cruz así se retire o cualquier chistoso que se cruce por mi lado. Yo le meto a todos y a todas... Me voy, soy fuga.

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