Del saque somos carnecita... siempre motivas a la selección y ahora andas medio desconfiado’. Esa timbrada es el sentir del país. Estamos dando por servidito el repechaje y eso sería totalmente equivocado. Yo soy el primero que sueño con ir al Mundial de Qatar, pero la neta es que tenemos el 50 por ciento de posibilidades igual que el rival.

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No es Brasil, tampoco Argentina, pero cuando el destino es caprichoso y la suerte te da la espalda en un solo partido de definición, se complica la cosa. Por eso solo vale meterla con el rulo o cadera. Si es jugando bien, perfecto. Y si es dando pena, no hay problema.

La presión a este nivel nubla a muchos. La tensión por afrontar los 90 minutos más decisivos de tu carrera te bloquea. Aquí, si aflora la calidad y manejamos los nervios, podemos lograr el objetivo. Con humildad y solidaridad. Sí, señores...

VAMOS A DESESTRESARNOS

Dejemos de hablar de fútbol para desestresarnos. Ya entiendo por qué Messi lloró como niño cuando se fue del Barcelona. También por qué Neymar baja seguido con los ‘Toiss’. Esta ciudad es maravillosa. La movida es en la playa Barceloneta, que es el paraíso. No es nudista, pero hay unos topless que te rayan el cerebrito por más que quieres mirar a otro lado.

Uno es ‘zapato roto’ por naturaleza y no puede con su genio. Y como soy volteador saco en one las de siliconas y las originales. Las chibolas se transforman en la noche. Minifalda y taquitos. Algunas son patilargas y los turistas y la gente se emocionan. También hay chicas guapísimas de color serio. Africanas que dan la hora de aquí y de Lima. Curuju...

Germán Leguía sugirió a Ricardo Gareca como DT de la selección
El nuevo invitado de 'La fe de Cuto', Germán Leguía, contó cómo trajo a Ricardo Gareca para ser entrenador de Universitario de Deportes y luego, sugirió para que sea entrenador de la 'blanquirroja'.

Para los divertidos que les gusta gastar y darse color, les doy un dato si la billetera aguanta. La discoteca ‘Pacha’ es mil veces mejor que ‘Barranco Bar’ y cualquiera del sur de Lima. Sin punto de comparación.

Una mesa en la zona VIP para seis o siete personas vale mil euros. Te dan una etiqueta dorada, bastante agua y una tonelada de hielo. O sea que si convocas a unas ‘liquidadoras’, perdiste por impresionar. Es que en quince minutos le dan vuelta a la botella. Ese bolsillo, mínimo con cinco mil euros para guerrear la noche.

El domingo la ‘peruchada’ se colgaba por ratos, porque solo suena música electrónica y trance. Cero salsa y reguetón. Y como tengo que ver el mínimo detalle, les aseguro que el vacilón, vacilón, es en la misma playa. Afuera se arma la verdadera rumba y solo inviertes lo justo. Si hay alguien que te interesa, alguito más. Con mi traguito en la mano hice ‘relaciones exteriores’. Ayayayayyyy...

Anoche, plan de 8, con mi compañero de chilingue Jaime Mario Lature y un causa, nos sentamos en el ‘Five Guys’, que está en una esquina de la plaza Catalunya. Cruzas la avenida y está la Rambla. Antes de hacer mi pedido, bajé al sótano donde está el baño y me di con la sorpresa que tenía que ingresar con un código que se pide en el primer piso.

Una trabajadora de limpieza se percató de que la próstata me traicionaba y me hizo el favor de darme la clave. No se burlen. A cierta edad, empieza el gotero y hay que cambiar de ‘trompito’. Luego subí a disfrutar mi milkshake de fresa y mi cheesehamburguesa.

No hay otra mejor en ninguna cadena de chatarra. Sabrosa al mango y más rica si es invitada. Estaba feliz con mis amigos en una mesa afuera del local cuando de pronto un turco se acerca a pedir monedas. Le dije que vaya a chambear con ‘Onur’ a una telenovela. Estaba fuerte como para un full y part time. Cargosote insistió con otra pareja y también rebotó.

Entonces se le cruzaron los cables y cargaba a la gente. Un minuto más y le iban a ‘llenar’ el estómago y el cacharro, pero de puñetes. Terminé mi pancito y la del estribo: no tenía mi celular. En una pensé: me ‘terciaron’. Pero después, repasando mis movimientos, me acordé de que lo puse a un costado cuando me lavé las manos en los servicios higiénicos. Corrí, la señora otra vez me abrió la puerta y allí estaba mi teléfono. Si me hubiese olvidado en cualquier local del Perú, probablemente a la hora terminaba en ‘La Cachina’ o ‘Las Malvinas’. Nooooooo... Me voy, soy fuga.

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