El Búho recuerda algunas series de su juventud como 'Los Años Maravillosos', 'Perdidos en el Espacio', 'El Túnel del Tiempo', entre otras.
El Búho

Este cada vez que tiene tiempo, entra a YouTube para ver las inolvidables series que marcaron su niñez. En Netflix dan una nueva versión de ‘Perdidos en el espacio’, pero definitivamente debo decir que no es lo mismo. Me quedo con la primera, de 1965, con el ‘odioso’ doctor Zachary Smith, interpretado por Jonathan Harris. Por eso, muchas veces prefiero YouTube, donde puedo apreciar las originales. Me permito repasar algunas de las series que me dejaron huella de pequeño. Nunca estarán todas, pero haré el intento.

PERDIDOS EN EL ESPACIO: Tal vez la más entrañable de todas. Una familia, los Robinson, es enviada al espacio para ver si había vida en Marte. En épocas de la ‘Guerra Fría’, un espía ruso, el doctor Zachary Smith, se cuela en la nave y desde allí surgen las más increíbles aventuras. El niño Bill se encariña con el espía, que es cobarde y manipulador, y forman un trío con un robot al que el doctor Smith siempre dice: ‘Calla, montón de chatarra’. Ellos nos robaron el corazón. George Lucas debe prenderle velitas a los creadores de la inspiradora serie.

LOS AÑOS MARAVILLOSOS: Todos, en algún momento, nos sentimos como Kevin Arnold. Notable el niño Fred Savage. Quién no tenía un hermano antipático, un padre sabelotodo y, sobre todo, quién no estuvo enamorado de la mejor chica del barrio, en este caso de Winnie Cooper (Danica McKellar). La Norteamérica sesentera, la Guerra de Vietnam, los conflictos sociales y generacionales eran presentados en una serie para sentarse con toda la familia. Y para ser consecuente con su mensaje, el tema inicial en cada capítulo lo cantaba el inmenso Joe Cocker, ‘Con una pequeña ayuda de mis amigos’, su emblemática canción que lo hizo inmortal en el ‘Festival de Woodstock’.

EL TÚNEL DEL TIEMPO: Este columnista le debe a esta serie, de los años sesenta, su apego a la historia. El argumento era alucinante. Un proyecto secreto estadounidense construye una máquina del tiempo, que permite viajar al pasado a los que ingresan. Yo estaba niño, pero al verla, conocí mucho de la historia que me enseñarían en el colegio. Los científicos no sabían a dónde los iba a llevar la máquina. Allí supe lo que fue el ‘Titanic’, la decapitación de Luis XVI, el sitio del fuerte ‘El Álamo’, porque, paradójicamente, ellos llegaban cuando las ‘papas quemaban’.

MIAMI VICE: Michael Mann se adelantó a la historia. Antes de ‘Cocaine Cowboys’ y Pablo Escobar, el productor nos presentó otra Miami. Detrás de los autos lujosos y las playas paradisiacas, se escondía un mundo siniestro de drogas, ‘sicarios’ y mafia latinoamericana. Era el inicio de los carteles de la droga. El teniente Castillo y los detectives ‘Rico’ (Philip Michael Thomas) y ‘Sonny’ (Don Johnson), con sus ternos de colores pastel y polos sin cuello, marcaron la moda de la década. El mundo fue otro después del estilo narco ‘chic’ de ‘Miami Vice’.

EL FUGITIVO: Emblemática. El doctor Richard Kimble (David Janssen), profesional exitoso, llega a su casa y ve salir corriendo a un hombre manco. Al ingresar encuentra a su bella esposa en el piso, asesinada. La policía no cree en su versión y es condenado a la pena de muerte. Cuando el tren que lo llevaba a la prisión donde sería ejecutado se descarrila, Kimble se convierte en un fugitivo. Un oficial de la policía, el implacable teniente Philip Gerard, está obsesionado con su captura y persigue a Kimble por todo el país. Para colmo, es altruista. Donde va el médico se mete en problemas por proteger a mujeres indefensas y así terminan descubriéndolo. A las dos de la tarde, después del almuerzo, nadie se perdía las aventuras del pobre ‘Fugitivo’. En este caso sí se puede decir con toda justicia: ‘Todo tiempo pasado fue mejor’. Al menos en las pantallas de televisión. Apago el televisor.

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