Este recorre la Feria del Libro, ubicada en Jesús María, temprano, cuando recién abren las puertas del recinto, para sortear aglomeraciones y también para evitar a algunos personajes ‘incómodos’. Pero igual me encuentro con jóvenes que me paran y me dicen: ‘Búho, la situación política está que quema. En el Congreso están que se sacan los ojos. ¿Crees que el presidente Vizcarra cerrará el Congreso? En el bien surtido stand de la librería ‘El Rocinante’, de mi amigo sanmarquino Pedro Ponce, me acribillaron a preguntas como si yo fuera un verdadero vidente. Por eso imaginé que tenía mi saco blanco y mi collar en el cuello, y me convertí por algunos minutos en el famoso ‘Hayimi’ e intenté vislumbrar el incierto futuro político.

VIZCARRA Y EL CONGRESO: En realidad, ni Nostradamus podría predecir lo que va a suceder en esta semana crucial para la política peruana y menos aún, lo que pasa por la cabeza del presidente de la República, justamente a pocos días de su Mensaje a la Nación. El fujimorismo se ha ganado a pulso, con honores, que el mandatario analice seriamente ‘disolver’ el Congreso. Por haberse burlado de su ‘cuestión de confianza’, al haber hecho un mamotreto de dos de los proyectos más importantes de su ‘reforma política’. Si esto sucediera, se quedarían solo con la Comisión Permanente hasta que se convoque a nuevas elecciones para elegir a los nuevos congresistas. Pero igual, hasta esa fecha seguirán en sus escaños, cobrando puntualmente sus sueldos, controvertidos parlamentarios de Fuerza Popular culpables de la crisis: Bartra, Beteta, Becerril, Aramayo, Salazar y Arimborgo, entre otros. Vizcarra no propició esta crisis, pero el país ya estaba paralizado en términos económicos antes que esta se desencadenara. El presidente prefirió jugar todas sus cartas a su tan mentada ‘reforma política’, hoy ultrajada sin que la ciudadanía reclame por ello, porque el pueblo tiene otras prioridades básicas que parece haber olvidado el jefe de Estado.

¿Y SI DISUELVEN EL LEGISLATIVO?: El fujiaprismo confía en la palabra de algunos hombres de leyes (con bividí naranja debajo del terno), quienes les han dicho que, en caso Vizcarra en su mensaje disuelva el Congreso, saldrán a hacer bulla calificando la medida como ‘inconstitucional’ y ‘dictatorial’. Amparándose en esa futura ‘leguleyada’, actúan con tamaña prepotencia. La escandalosa sesión del lunes estaba fríamente calculada y se confirma ¡¡por la ausencia de Pedro Chávarry!!, a quien ya le habían advertido que se quede tranquilito en su casa y este se excusó ‘por enfermedad’. Claro, preferían ‘blindar’ al exfiscal y en cambio censurar a Salaverry y Del Solar. Increíble. Pero lo más lamentable es que no les interesa para nada la situación económica del país, pues actualmente hay una desaceleración de la economía, el empleo se ha estancado y hay caos en el sur para impedir proyectos de inversión privada. ¿Se imaginan con una crisis política causada por un cierre del Congreso y nuevas elecciones, donde si bien ya no estarán los Becerril y compañía, pero llegarán los radicales ahijados de Antauro, los hijos del ‘admirador de Maduro’ Vladimir Cerrón? En eso no han pensado los culpables de esta situación.

SALAVERRY Y DEL SOLAR: El presidente del Congreso pensó que podía manejarse como si él mismo fuera ‘una bancada’. Fue un gravísimo error de cálculo y ahora la jauría de su expartido (Fuerza Popular) quiere devorárselo y es muy posible que no solo se quede sin reelegirse como presidente, sino que acabe suspendido por 120 días. Por el lado del premier, este cargo se ejerce con éxito, sobre todo si logra impulsar las iniciativas del gobierno, movilizar a su gabinete y, en esta coyuntura, defender políticamente la punta de lanza del gobierno, que eran las ‘reformas políticas’, y la política energética del Ministerio de Energía y Minas, que dio luz verde a ‘Tía María’. Lamentablemente, no hizo ni lo uno ni lo otro. Mi bola de cristal me dice que Vizcarra, quien no le tuvo lealtad ni al mismísimo PPK, piensa seriamente que se equivocó con ‘Pantaleón’. Ser presidente no es darle chamba a tus amigos, hablar bonito, no pelearse con nadie. Si no que lo diga el gran Sir Winston Churchill, quien definió que su trabajo le costó ¡sangre, sudor y lágrimas’.

Apago el televisor.

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