Violencia en el Callao no tiene cuando acabar. (GEC)
Pisa Pelota

Este Búho ve con estupor cómo la ciudad parece acostumbrarse a niveles de violencia homicida salvaje. Como lo que ocurrió el lunes a plena luz del día, en la esquina del ‘picante’ jirón Atahualpa, en el Callao, a pocos metros de los murales en homenaje a los cómicos ambulantes Kike Suero, ‘Cachay’ y ‘Tripita’. Pero la situación no es para reír, sino para llorar o para que se paren los pelos de punta de puro espanto.

Tres amigos libaban licor en esa esquina. Sigilosamente, de una moto bajó un sicario, quien con una ¡¡Mini Uzi acribilló a los tres amigos!! Esa arma letal puede disparar 24 balas en segundos. A esa hora había niños, escolares y transeúntes que se lanzaron al suelo. ¿Tanta violencia homicida es incontrolable? Este Búho se permite revisar ejemplos de cómo algunos países arrastrados por la ola de violencia criminal, ejecutaron planes que permitieron reducirla drásticamente y, en algunos casos, hasta desaparecerla del mapa. Pero esta opción chocó con los organismos de derechos humanos. Saquen sus conclusiones:

SINGAPUR, VIOLENTA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA: Las autoridades migratorias les dan la bienvenida a los turistas con estas palabras: ‘Si se portan bien sentirán que están en la tranquila Suiza, pero si delinquen sufrirán peor que Papillon en la Isla del Diablo’. Singapur era uno de los países más peligrosos del mundo. Las cárceles hacinaban a 500 mil presos (asesinos, narcotraficantes, violadores de turistas y otros). En el 2013 solo quedaban en las cárceles mil presos. ¿Qué había pasado? A los criminales convictos y confesos se les fusiló tras juicios sumarios.

Toda autoridad pública, ya sea políticos, militares y policías, acusada de corrupción, claro que con pruebas incriminatorias, también terminaron en el paredón. Los empresarios estafadores y ladrones huyeron del país y los atrapados fueron fusilados. Los drogadictos que dormían en la calle huyeron a Malasia, pues eran condenados a trabajos forzados o los fusilaban. El Partido Popular, que impulsó esta implacable represión anticorrupción y antidelito, ganó las elecciones con casi el 100% de los votos. Singapur es, como vemos, un caso extremo.

EL PAPA EN LA MIRA: Nunca hubo una movilización militar policial como la que se produjo en Río de Janeiro (Brasil) por la visita del Papa Juan Pablo II. Quince mil militares coparon la ciudad y las favelas. La criminalidad descendió a ‘cero’. Tanta fue la conmoción que causó la visita del sumo pontífice en el país con la mayor cantidad de católicos del mundo, que hasta el escritor Antonio Ruiz Pérez de Almeida escribió una novela titulada ‘O Papa na mira’, donde justamente a Karol Wojtyla, de 77 años, lo sacaron del papamóvil. El chofer y los guardaespaldas fueron asesinados a tiros y los narcos secuestraron al pontífice. Narcos acababan de secuestrarlo en su primera vista a Brasil. Pero esta ficción no dejó dormir a los cuerpos de seguridad carioca.

Cuando iba a llegar por segunda vez, había una guerra sangrienta de bandas en las favelas, justo en el lado que daba a la residencia del arzobispo de Río de Janeiro, donde pernoctaría el sumo pontífice. Ante esto, los policías y militares tomaron literalmente las favelas más peligrosas y acribillaron a conocidos narcotraficantes de los que tenían su foto o identikit. Mientras el Papa llegaba para proclamar la paz y la unión de los brasileños, los militares y policías desataron una carnicería para que su santidad pudiera dormir tranquilo.

EL SHERIFF DE NUEVA YORK: En 1994 Nueva York era ‘la ciudad más peligrosa del mundo’. El alcalde Rudolph Giuliani estaba asqueado por las terribles estadísticas: diariamente se reportaban ocho asesinatos, seis violaciones y otros 40 delitos. Encargó al comisionado de policía de Nueva York, Bill Bratton, elaborar un plan para acabar con esa escalofriante estadística. Al mando de 37 mil policías, presentó su famoso ‘Plan Tolerancia Cero’, que redujo la criminalidad entre 1994 y 2007 en un 77%. Su plan de medidas simples se basó en la prevención de crímenes, se multiplicó la presencia policial en las calles, se restableció el vínculo entre la policía y la comunidad, y se puso énfasis en intervenir a los sospechosos por más simples que pudieran ser los delitos: como infracciones de tránsito, tomar licor en la vía pública.

“No saben que ahí se puede encontrar a un asesino, un delincuente, un violador”, decía Bratton. Su plan dio resultado. Tras dejar el cargo, Bratton se convirtió en un especialista y viajó por el mundo explicando su trabajo. El alcalde ‘criollón’ Alberto Andrade lo contrató para que haga un plan para Lima. Lamentablemente, el ‘criollón’ perdió con Luis Castañeda y el ‘Mudo’, en vez de implementar la estrategia del asesor, la tiró a la basura. Increíble. Apago el televisor.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC