A este sus lectores le piden que comente los mejores conciertos del año. Con el perdón de , la figura solista más emblemática que pasó por Lima este 2016, los dos grandes conciertos fueron, sin duda, el brindado por los míticos y el retorno, por todo lo alto, de los , con esa dupla de Axel Rose y Slash, que parecía casi irreconciliable.

¡¡QUÉ TAL STONEADA!!: Cincuenta mil fanáticos salieron ‘stones’, al escuchar a la mejor banda de rock and roll viva de la Tierra. Cincuenta años arriba de un escenario no pasan en vano. Valió la pena meterse la mano al bolsillo y apoquinar las entradas más caras para un concierto en Lima limón. Fueron dos horas mágicas. Todos coreaban los hits que se sucedían uno a uno: ‘It’s Only Rock and Roll’, ‘Tumbling Dice’ y ‘Out of Control’. Empezando por Mick, que andaba frenético y se movía como si una culebra se hubiera introducido en su pegadísimo polo. ‘Una anaconda’... hubiese dicho la gran Monique Pardo.

Con un ‘¡Hola… mis causitas!’, Jagger se metió al respetable en el bolsillo. Keith Richards y Ronnie Wood son la comparsa perfecta, tomando un protagonismo necesario, porque Mick, aunque nadie lo crea, tiene 72 años y ni un jovencito puede resistir dos horas con semejante derroche de vitalidad y frenetismo. Por eso, uno de los momentos de más reposo para el vocalista y de sobrecogimiento para el público fue escuchar a Richards con su guitarra acústica tocar ‘You Got the Silver’. Sin embargo, el instante esperado con angustia por los fanáticos llegaría con ‘Angie’. En otras ciudades no tocaron la balada, cuya letra fue compuesta en homenaje a la primera esposa de David Bowie, íntimo amigo de Mick, en épocas de locura. Un tema entrañable y que fue el más reclamado por los seguidores en Internet fue ‘Like a Rolling Stone’, compuesto por Bob Dylan. Esto suscitó las carcajadas del respetable. Detrás de los cuatro Stones estaba una banda de acompañamiento de cinco músicos, entre tecladistas, guitarristas y coros. Siguieron ‘Gimme Shelter’ y un tema clásico, entonado a todo pulmón por los fans, el imprescindible ‘Miss you’. Fue aquí que muchos reclamábamos ‘She’s so cold’, una de las joyitas que, lamentablemente, se guardaron en el repertorio de Ate, pero nos soltaron un tema de oro puro: ‘Sympathy for the Devil’ (‘Consideración por el diablo’). Allí Mick entró en trance satánico.

‘¡Un exorcista!’, bramó un chistoso con más de diez vasotes de cerveza en el estómago. Pero todo el coloso se vino abajo con el riff más famoso en la historia del rock, Keith Richards iniciando ‘Satisfaction’. Parados en las butacas de Occidente, nos volvimos más pendencieros que barrista de la ‘Trinchera Norte’. Era el gran final. Al revés de la canción, nosotros sí nos retiramos satisfechos. La antesala había empezado muchas horas antes para los humildes fanáticos y no teníamos esa vitalidad endiablada de estos fenómenos. ¡Larga vida, maestros!

TERREMOTO MUSICAL: A este Búho lo chapó un temblor en pleno concierto, justo cuando el grupo californiano Guns N’ Roses interpretaba en el estadio ‘Monumental’ de la ‘U’, su clásico ‘Civil War’ (Guerra civil). Pero en el escenario había un terremoto musical. Estábamos en la cómoda tribuna de Occidente, con dos colegas. El remezón hizo que todos dejáramos de observar el gigantesco escenario y nos mirásemos las caras. Había un manchón de chicas solas, comandadas por una chinita guapísima, que empezó a abrir su boquita para gritar ¡¡temblor!! y eso sí iba a ser terrible. Pero mosca, mi colega más joven, que tenía su polo negro de la banda de Axl Rose y Slash, gritó: ‘Nooo, es el bajo de Duff McKagan en su máxima potencia’. Los que habíamos visto la patética performance de Axel como solista unos años atrás y la fría presentación de Slash en solitario, en el Parque de la Exposición, entendimos que solo juntos y al lado del malogrado de Duff McKagan podían resucitar el espíritu indómito y salvaje de la que alguna vez fue ‘la banda de rock más peligrosa del planeta’.

Y lo consiguieron. Más tíos y gorditos, pero con la potencia de sus mejores épocas ochenteras, dieron un concierto perfecto desde que se iniciara el show con los acordes de ‘It’s So Easy’. No por nada, la banda que este Búho observaba admirado con sus ojazos, estaba en el puesto 28 del ranking de las 50 mejores bandas de rock de la historia de la revista Rolling Stone. Repasaron su historia musical e hicieron delirar con himnos como ‘Welcome To The Jungle’, ‘Sweet Child o’ Mine’ y esa despedida inolvidable, entre fuegos artificiales, con la potente, poderosa y telúrica ‘Paradise city’, que nos hizo saltar a todos. Vimos a una banda que debía retirarse así, con honores, y tuvimos el privilegio de estar allí, hasta cuando pase el temblor. Apago el televisor.

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