Este Búho sigue con atención el avance del coronavirus en el mundo y, especialmente, en nuestro país. Las naciones hoy casi reniegan de la tan alabada globalización y, atemorizadas, cierran sus fronteras. El presidente francés Emmanuel Macron anunció ayer, tras sentenciar ‘estamos en guerra’, un confinamiento casi total en su país desde este mediodía, para que la gente no salga de sus casas, una medida bastante similar a la que dio Martín Vizcarra el domingo. En el país de la moda, el amor y los quesos, había hasta ayer más de seis mil 600 contagiados y 148 muertos.

Antes, China, el más afectado por la pandemia, había aislado a unos 60 millones de personas en Wuhan -donde se originó el virus- y otras regiones, con sanciones de arresto de hasta diez días para quienes desacataran.

Con esa y otras medidas draconianas, el gigante asiático señala que ha logrado contener y comenzar a reducir la enfermedad que dejó en su territorio más de 81 mil contagiados y poco más de tres mil 200 fallecidos.

Hace una semana, las desesperadas autoridades de Italia siguieron ese ejemplo y decretaron cuarentena en todo el país al ver que tenían más de nueve mil contagiados y 463 muertos. La disposición continúa y pocos son los que se aventuran a salir de sus viviendas, mientras los rudos carabinieri patrullan las calles para hacer cumplir las órdenes. Sin embargo, hoy la cifra de infectados se ha triplicado y los fallecidos son más de dos mil 158. La angustia los golpea, pero tienen esperanzas de que los casos comenzarán a reducirse.

Mientras, se ha hecho famosa la historia verídica del ‘paciente 31’, una mujer que contagió a más de mil personas en Corea del Sur. Este hecho, que supera a la ficción y parece replicar el argumento de la aclamada película ‘Contagio’, del director Steven Soderbergh, es aleccionador y demuestra cómo la imprudencia de una sola persona puede sumir en la crisis a todo un país. El primer caso del virus en la nación asiática se confirmó el 20 de enero.

Era una mujer china de 35 años que salió de Wuhan y arribó al aeropuerto internacional de Incheon, ciudad vecina de la capital Seúl, donde fue aislada. Gracias a esa medida, solo otras 30 personas resultaron contagiadas en las siguientes cuatro semanas. ¡Tremendo logro! Pero de pronto, los contagios comenzaron a multiplicarse hasta hacer colapsar a los servicios de salud. ¿Qué había pasado? Organismos para el control y prevención de enfermedades en Corea investigaron hasta dar con la paciente número 31, una mujer que en los días previos a su diagnóstico visitó lugares concurridos de Daegu y Seúl, ingresó a un hospital por un pequeño accidente de tránsito y hasta asistió a una iglesia.

Los médicos del nosocomio señalan que le pidieron que se haga la prueba de detección del coronavirus porque tenía fiebre alta, pero no hizo caso y en cambio se fue a un almuerzo buffet en un hotel. Finalmente, el 17 de febrero se sometió a la prueba, que dio positivo. Las investigaciones apuntan a que la mujer, que no había salido de Corea, pudo haber provocado alrededor del 80 por ciento de los más de ocho mil 200 contagios registrados en ese país donde, hasta ayer, habían fallecido 75 personas. ¡Increíble!

Por eso, los peruanos debemos tomar conciencia de la importancia de obedecer las disposiciones del gobierno y no salir de casa. Esto no es ningún juego, pues corren grave peligro de muerte los enfermos y personas mayores de 65 años, es decir, nuestros amados padres y abuelos.

Sorprende la gran cantidad de gente que pretende seguir con su vida como si todo estuviera bien y hasta afirman que no les pasa nada ‘porque yo estoy bien alimentado’ o ‘siempre como ajos’. Otros, más indiferentes aún, dicen ‘de algo hay que morirse’. Creo que, lamentablemente, muchos asumirán la gravedad de esta crisis solo cuando, Dios no lo quiera, comiencen a multiplicarse los casos, no ya de contagiados, sino de muertos. En España, el 4 de marzo, es decir, hace apenas dos semanas, se confirmó la primera muerte por coronavirus en ese país. Era un hombre de 69 años que dejó de existir el 13 de febrero, tras volver de un viaje a Nepal. Hasta ayer, la cifra de víctimas mortales ascendía a 342 y no hay dudas de que seguirá subiendo. No esperemos que nos ocurra lo mismo. Apago el televisor.

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