Este Búho no puede contener su indignación y rabia cuando tiene que dar cuenta de un delincuente, una lacra social que asesina a un valeroso policía que cumplía su deber. Así sucedió en el mercado de Mercedarias, en Barrios Altos, donde el valiente mayor Felipe Andrade, vestido de civil, realizaba labores de inteligencia en los alrededores porque por dicho local unos delincuentes escaparon el día anterior durante una balacera. El mayor reconoció a Paulo Sinchi Galarreta, ‘Mudo’, cuando merodeaba por la zona y lo persiguió, pero el delincuente

En solo horas, los ‘sabuesos’ de la policía ya tenían identificado al criminal y sabían que se escondía en la casa de su padre en Villa El Salvador. El mayor Andrade era reconocido por haber investigado el asesinato de otro valiente oficial de la Policía, el comandante Pedro Guerrero, quien fue ultimado la noche de Año Nuevo del 2014 en la pollería El Corralito, en el Cercado de Lima. El policía, vestido de civil, esperaba su pollo a la brasa para llevarlo a casa y cenar con su familia. Guerrero se percató de que dos delincuentes estaban asaltando la pollería y se les enfrentó, sin saber que eran cuatro y que los otros dos lo terminarían acribillando.

Este columnista se indigna porque ahora se mata policías impunemente. Lo peor es que gracias a un artificio diabólico del que toman parte abogados sin escrúpulos, llamados ‘cucarachones de tribunal’, corren miles de dólares para sacar de prisión a estos asesinos a través de corruptelas a funcionarios. Aquí se origina una siniestra cadena de la más pobre calaña, pues estos abogados ni siquiera han leído el Código Penal. Se limitan únicamente a pedir una gran bolsa a los capos de bandas y esto se sobredimensiona si de narcotraficantes y sicarios se trata. 

Sino que lo diga ‘Caracol’, que tenía a varios de estos ‘cucarachones’ con terno y medalla en el pecho. Gracias a esos miles de dólares producto del narcotráfico y las extorsiones a megaobras de construcción y sicariato civil, los delincuentes entregan la ‘bolsa’ al abogado taimado, que a su vez se ‘conecta’ con fiscales y jueces corruptos. Es increíble que asesinos confesos terminen ‘con arresto domiciliario’, como el tal ‘Mudo’, o liberados ‘por falta de pruebas’. Esta es una práctica común en Lima, Callao y otras ciudades del país. 

De nada vale que los policías arriesguen sus vidas para capturar delincuentes peligrosos, si al final son pasados por ‘agua tibia’ para ser liberados por miembros del Ministerio Público que deberían pedir que los encierren o por algunos jueces ‘podridos’ del Poder Judicial. Me parece innecesario recordar a ese juez que liberó a más de veinte integrantes de una organización criminal en el norte chico, para indignación de los valerosos policías que trabajaron durante meses para encerrarlos.

Este Búho recuerda que cuando era niño, ningún delincuente se atrevía a matar a un policía porque durante los gobiernos militares de Velasco y Morales Bermúdez era juzgado por un tribunal militar y fusilado. Hoy las lacras que matan agentes del orden, encima, se roban su arma de reglamento, y en las cárceles los presidiarios obtienen ‘beneficios’ mientras se dedican a planear ‘golpes’ gracias a que los ‘bloqueadores’ de celulares, sospechosamente, hasta ahora no funcionan. Veo la captura del ‘Mudo’, asesino confeso del policía en el mercado de Mercedarias. Tipos de esa calaña son irrecuperables para la sociedad. En otros países, como Estados Unidos, esta escoria sería condenada a la pena de muerte por ser un peligro y una carga inútil para el Estado. Apago el televisor.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC