Este se sorprendió cuando su amigo de mil batallas periodísticas y gran poeta sanmarquino, Fernando Obregón, le reveló hace algunos años lo que venía investigando con máxima discreción, en aquella apartada mesa del entrañable ‘Queirolo’ de jirón Quilca. “Búho, el diario más antiguo de América se hizo aquí en el Perú”, me dijo y llamó mi atención. Sabía que la universidad decana de América, nuestra alma mater, San Marcos, era de las primeras, pero ¿? Tenía entendido que el Boston News-Letter (editado en 1704) y La Gaceta de México (1722) eran los más antiguos y, luego, un poquito más tarde, la primera publicación limeña, La Gaceta de Lima, en 1743. 

Esa noche no hablamos de literatura ni mujeres, en nuestra mesa se conversaba de una gran investigación periodística que piloteaba mi amigo, buscando y rebuscando hasta en las catacumbas. Por eso hablaba bajito, como si me revelara la ubicación de un tesoro: “Búho, el diario más antiguo del que te hablo fue ‘El diario de noticias sobresalientes de Lima’, que se publicó desde 1700 a 1711 y cuyo responsable fue Joseph de Contreras y Alvarado”. Este criollo, para Fernando, sería ‘el inventor del periodismo americano’. 

Hoy, con la magia de la tecnología, los peruanos podemos ver en facsímil las ediciones del primer periódico de América, que se editó en el Perú, en el local del Colegio de Periodistas del Perú. La historia de cómo se logró esta gran proeza cultural, en verdad, daría para hacer una novela sobre el proceso histórico de estos diarios tan antiguos, reliquias que hasta fueron secuestradas por los chilenos en la ‘Guerra del Pacífico’.

¿Cómo demonios terminaron después en la Biblioteca de Nueva York como material clasificado y por lo tanto, reservado? ¿Y cómo logró Fernando Obregón, vistiéndose de erudito historiador, culminar lo que no pudieron realizar Porras o la gran dama Ella Dunbar Temple? Frente a un criollísimo sancochado, Fernando me narró su odisea: “Estuve detrás de estos valiosísimos documentos periodísticos desde el año 2003. Mi primera pista se remontó a 1839, cuando la colección se intenta vender a Inglaterra por la suma de ¡una libra y un chelín! Luego, en 1908, la Biblioteca Pública de Nueva York los adquiere y en 1974, por primera vez, publica un índice de estos. 

En el 2000, la Biblioteca Nacional del Perú los cita como los periódicos más antiguos. Con ese aval, siete años después, la Biblioteca Pública de Nueva York reconoce vía web que los diarios son de su propiedad. A partir de allí, iniciamos la lucha para que nos permitan escanear los textos y así publicarlos en facsímil. No fue tarea fácil. Con mi hermano Max, decano del Colegio de Periodistas del Perú, comenzamos las tratativas al más alto nivel con congresistas peruanos que habían ejercido el periodismo. Ellos nos pusieron en contacto con sus pares de Washington y estos a su vez, con la Biblioteca Pública de Nueva York, que hace dos años accede al pedido del Colegio de sacar en facsímil los libros encuadernados que tenían bajo su custodia”. 

¿Quién fue Joseph de Contreras? Para Fernando, un periodista de estirpe, que introdujo elementos de periodismo moderno, como encabezados, sumillas, noticias gráficas, pero sobre todo, porque poseía un toque personal. Por sus páginas, nos podemos adentrar en noticias de guerras que se desarrollaban en ultramar, como la de la Sucesión Española entre los Habsburgo (Austracistas) y los Borbónicos, así como la muerte de dos virreyes, corridas de toros o cañonazos de los corsarios en el Callao. Pese a ser una publicación ‘real’, Joseph le daba a sus lectores noticias ‘sabrosas’ y hasta ‘sangrientas’ para graficar el clima de inestabilidad que ya se vivía en la colonia a principios de 1700. Los facsímiles son de visión obligatoria para todos los interesados en la historia de nuestro Perú e imprescindibles para los estudiantes de Periodismo. Apago el televisor.

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