(Foto: Luis Miguel/ Facebook)
(Foto: Luis Miguel/ Facebook)

El gran Luis Miguel se merecía otra temporada de la producción ‘Luis Miguel: La serie’ que va vía la plataforma de Netflix. Es uno de los artistas latinos con mayores copias vendidas y más premios Grammy, y el más jóven en recibirlos. El primer músico mexicano en obtener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Con sus álbumes ha logrado en total 33 discos de oro, 3 de diamante y 305 de platino.

Los millones de fanáticos de ‘El Sol de México’ se frotaron las manos porque el 28 de octubre se estrenó la tercera y última parte de la serie, con la historia y el guion autorizados por el propio cantante.

Recordemos que en su primera temporada vimos cómo Luisito Rey, un cantante gallego que solo logró un tema conocido en su carrera, ‘Frente a una copa de vino’, comienza a ver a su hijo como una mina de oro al comprobar que los parroquianos del cabaret donde cantaba aplaudían más al niño que al padre. Se destaca de esta época su interpretación de ‘La malagueña’.

Rey y su esposa italiana Marcela Basteri se habían afincado en Puerto Rico, donde nació el astro, pero al darse cuenta de que en la isla privilegiaban la salsa decidió mudarse a México. Luisito Rey mueve cielo y tierra para lograr que su hijo, quien tenía una voz portentosa, tuviera una audición para grabar un disco o salir en la televisión. Lo sacó del colegio y lo hacía trasnochar siendo solo un niño, algo que motivaba fuertes discusiones con su esposa. Pero la providencia le vino del cielo, al ser invitado a cantar en la boda de la hija del presidente de México, López Portillo. Ahí no solo deslumbró al auditorio donde se encontraban tres altos ejecutivos del sello EMI, quienes lo contrataron para que grabara su primer disco. Simultáneamente lo invitaron a un sintonizado programa de TV.

El padre estaba eufórico y facturaba las ganancias del vástago prodigio en los cabarets. La madre estaba furiosa y Luisito y el mánager deciden mantenerla alejada de su hijo. Luis Miguel descubre que su padre se queda con sus ganancias, le dice que está quebrado, pero tiene cuentas jugosas en el extranjero.

Aparece Mariana Yazbek, una artista que será su primer gran amor. Ella sale en el video de su exitoso disco ‘Cuando calienta el sol’. Luismi aleja a su padre de sus negocios y este crea una disquera. Para congraciarse con su hijo, el papá le anuncia que emprenderá un viaje a España con su madre, pero regresa solo, argumentando que Marcela prefirió viajar a Italia con su familia. Esta es su época más oscura. Trata de encontrar a su madre sin resultados, mientras su padre quiebra la compañía y le implora volver a trabajar con él.

En Buenos Aires, en un Luna Park lleno, propone al público que si alguien sabe de su madre que se comuniquen con él. Está desesperado. Su siniestro padre muere poniendo fin a la temporada. En la segunda parte, más que en lo musiscal, los capítulos tienen ver con el obsesivo afán por encontrar a su madre en Madrid.

Contrata a un investigador privado. Le informan que Marcela fue vista ingresando a un banco, pero no es Marcela sino una vecina de ella, que acorralada dice que el tío del cantante le dio la tarjeta de Marcela. El astro le tiende una emboscada y el mal tío solo atina a decir ‘fue un accidente’, deduciéndose que su padre habría acabado con la vida de su madre. El cadáver estaría sepultado en la casa y para desenterrarlo deben comprar la vivienda.

Por los problemas de futuros juicios se tuvieron que omitir las decenas de romances que mantuvo el divo con Lucía Méndez, Stephanie Salas, Brigitte Nielsen (exesposa de Sylvester Stallone), Sofía Vergara, Daisy Fuentes y Aracely Arámbula, con quien tuvo dos hijas, pero sí se incluye a Sasha Sokol y Adela Noriega.

Y en la tercera temporada, en el mejor momento de su carrera, veremos su volcánico idilio con la megaestrella internacional Mariah Carey, pero no voy a caer en ‘spoilers’, así que vean la serie.

Apago el televisor.

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