El final de ‘El marginal’

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Fue un boom al ser vista por millones en el mundo entero, con aprobación de la crítica de los principales diarios del planeta, como el New York Times. La cuarta temporada nos dejó a los antihéroes ‘los Borges’, liderados por Mario Borges (grande la actuación de Claudio Rissi) y su hermano menor, ‘Diosito’ (un alucinado Nicolás Furtado), condenados a cadena perpetua junto a sus guardaespaldas, el colombiano ‘James’ y el gigantón ‘Barny’, por ser los responsables de ‘la masacre de la Sub 21′ en la clausurada prisión de San Onofre.

Luego son trasladados al complejo penitenciario de ‘máxima seguridad’ de Puente Viejo. Este nuevo reclusorio está dirigido por un cínico y oscuro alcaide, Benito Galván, aliado al capo que maneja el penal: el místico y cruel ‘Coco’, con su banda de familiares y travestis expertos en el manejo de cuchillos.

En esa temible y hacinada prisión se encontrarán viejos rivales de San Onofre -donde transcurrieron las primeras temporadas- con lo que queda de la banda Sub 21, capitaneada por ‘César’, sobreviviente de la masacre, cuando los Borges y su banda los sorprendieron viendo el partido Argentina-Brasil, les rociaron gasolina y quemaron vivos a la mayoría de sus integrantes. También se encontrarán con otro viejo conocido: el héroe de la serie, el expolicía Miguel Palacios, ‘Pastor’ (genial Juan Minujín).

En tanto, el reencuentro entre ‘Pastor’ y ‘Diosito’ revivirá fuertes sentimientos para ambos. Desde afuera, Sergio Antín (Gerardo Romano), el otrora alcaide corrupto de San Onofre y hoy político con un alto cargo como funcionario de la Seguridad Interna del país, llegará con la pretensión de adueñarse del poder en la cárcel y hacer que Borges le entregue parte del millonario botín del rescate del secuestro de la hija de un juez corrupto, acontecido en la primera temporada.

El Búho: Habrá un violento final de temporada y serie

Emma Molinari (Martina Gusmán), la asistenta social de San Onofre, como pareja de ‘Pastor’, custodia a su hijo y desde afuera lo ayudará en un nuevo y peligroso intento de fuga junto con ‘Diosito’, enemistado porque descubre que su hermano Mario es, en realidad, su padre. Mientras Palacios y ‘Diosito’ se fugan, la banda de los Borges decide vengar la muerte de ‘Barny’, quien fue cosido a cuchillazos, cuando se encontraba en el excusado, por los esbirros de ‘Coco’.

A estos los toman por sorpresa, gracias a la traición de ‘Bardo’, yerno de ‘Coco’, quien lo asesina brutalmente. El cambio de escenario es clave para darle un cierto aire de respiro y continuidad a la serie. La quinta temporada se inicia con un ‘Pastor’ convertido en un preso reconvertido. Después de ser capturado, con su pareja Emma Molinari muerta y su hijo pequeño en manos de las autoridades judiciales, sufre, pero se ha convertido en escritor famoso por su bestseller sobre su tenebrosa experiencia en San Onofre y se mantiene ocupado en la biblioteca del penal.

Pero Puente Viejo es un tonel de gasolina que solo espera una chispa para estallar, desde que el oscuro alcaide Benito Galván se suicidara y el sinestro Antín volviera a tomar las riendas del penal. Sin quererlo, a ‘Pastor’ lo vuelven a enredar por situaciones de su convulsionado pasado. Reaparece Luna Lunatti, la hija del juez corrupto a la que ayudó a liberar y ella, como abogada, quiere ayudarlo.

Mario Borges recibe una brutal golpiza y termina en el hospital donde le confirman que se quedó ciego. Se avecina otro sangriento enfrentamiento. ‘César’, de la Sub 21, exige a ‘Pastor’ que elija el bando. Para colmo, ‘Diosito’, el fugado, es recapturado y vuelve a Puente Viejo donde se siente en casa porque es carne de presidio. Habrá un violento final de temporada y serie. No cuento más para que pasen un fin de semana en una maratón de Netflix. Apago el televisor.

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