Keiko Fujimori en su audiencia de apelación por sentencia de prisión preventiva. Foto: Lino Chipana
Keiko Fujimori

Este escuchó con atención las palabras del coordinador del equipo especial del Caso Lava Jato, la tarde en que la Sala de Apelaciones veía el caso de Keiko Fujimori. Allí, Rafael Vela, en tono enfático, denunció que él ‘y el fiscal José Domingo Pérez han sido

Al fiscal Pérez le han iniciado una serie de investigaciones internas en la institución. Este columnista no puede evitar preguntarse, ¿qué está pasando en la justicia del país para que fiscales que están haciendo un trabajo monumental, como nunca se ha hecho en la reciente historia judicial del país, que tienen que ver con casos de corrupción, puedan ser hostilizados y no blindados como debe ser?

La situación del fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, es insostenible en el Ministerio Público y por eso está dando ‘manotazos de ahogado’. El fujimorismo y el aprismo, que lo ‘blindaban’ a muerte en el Congreso, están deslegitimados y más bien luchan por protegerse ellos mismos de denuncias por corrupción, como Javier Velásquez Quesquén, mientras Mauricio Mulder está mudo, pues después de irse de cara con su ‘Ley mordaza’ y su suicida defensa del asilo a Alan García, está carbonizado, y prefiere estar por la sombrita, pues su líder ha dejado su imagen por los suelos.

El fujimorismo está partido, dos facciones no quieren saber nada del destino de Keiko y sus otroras todopoderosos asesores, y más bien están tendiendo puentes con el gobierno, con Daniel Salaverry a la cabeza, mientras la facción keikista está herida de muerte. Salgado es como el coro de la tragedia griega: presente, hablante, pero no influye nada en el desenlace de los acontecimientos. Becerril tiene a dos hermanos con orden de detención por estar vinculados a la organización criminal del alcalde de Chiclayo. Y, seguramente, alguno de los dos resultará un Caín y podría confesar lo que sospecha la Fiscalía: ‘que ellos eran los operadores de su hermano mayor’. En ese contexto, el fiscal Chávarry está solo, sin respaldo político efectivo y tan desesperado, que busca enfrentarse a la mayoría de peruanos que exige su renuncia, según encuestas, y a los fiscales que son reconocidos por la ciudadanía, como las del Callao, Rocío Sánchez y Sandra Castro, quienes derrumbaron a la poderosa organización ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’, y a Domingo Pérez y Rafael Vela, quienes investigan a Keiko Fujimori.  De igual forma han acorralado a Alan García con sus conferencias pagadas con la caja ‘sucia’ de la corrupción de Odebrecht.

Cuidado. Recuerden que PPK cometió en Navidad del año pasado el error de indultar a Alberto Fujimori y miren el terremoto político que culminó con su renuncia. Pero aquí la figura es diferente. Chávarry está solo y sindicado por sus vínculos con integrantes de la banda criminal ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’ según señala el informe de la Fiscalía del Callao. Está como ese juez de la película ‘Los Intocables’, que no quiere hacer caso a Eliot Ness, quien le advierte que el jurado que sentenciará a Al Capone está comprado por el mafioso. Luego, Ness se acerca al oído del magistrado y le dice algo. En eso el juez, con cara de maloso, ordena que cambien todo el jurado. ¡¡Al Capone se volvió loco!! Un procurador le dice a Ness, ¿cómo hiciste para que el viejo cambiara de opinión? Y ‘El intocable’ le respondió: ‘le dije que sabíamos que él también estaba comprado por Al Capone’. Apago el televisor.

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